El pasado jueves 16 de noviembre de 2023, agentes de seguridad de la Ciudad de México detuvieron a tres presuntos santeros en las inmediaciones de la capital. En el lugar fueron asegurados animales vivos y el cadáver de un bebé en un frasco.
El área de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México interceptó a los tres sujetos, que se identifican como Alexis ‘N’, Diego ‘N’ y Uriel ‘N; todos ya fueron puestos a disposición de las autoridades a la espera de un juicio.
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De acuerdo con el periodista Carlos Jiménez, los tres se habrían identificado como santeros y aceptaron dedicarse a rituales satánicos. Lo más perturbador surgió al catear la zona y encontrar el cadáver de un bebé que se encontraba en un frasco; ya se encontraba en estado de descomposición.
En el local también se hallaron animales vivos como gallinas, palomas, perros y gatos, estos últimos de color negro. Todas las especies también fueron resguardadas y puestas en un lugar seguro. La noticia de la captura desató el enojo de los internautas en redes sociales. Algunos se dijeron indignados de que este tipo de prácticas sigan existiendo en pleno 2023.
¿Qué es y cómo funciona la santería?
Los tres detenidos en la Ciudad de México se identificaban como presuntos santeros. La santería es una práctica religiosa con décadas de vigencia. Se cree que su origen es africano y posteriormente se hizo popular en América Latina al arribar a Cuba.
De acuerdo con investigaciones, la idea principal de la santería es ofrecer a los creyentes el acceso al conocimiento del mundo y el poder. La ofrenda para obtener esto es la sumisión total del seguidor.
Los seguidores de la santería se acercan en búsqueda de salud, bienestar, influencia e incluso la supuesta posibilidad de prever el futuro. Aunque por años lo han negado, la santería está ligada a los sacrificios.
Tal y como hallaron en la Ciudad de México, se sacrifican especies como gallinas, perros y gatos negros. Es a tal grado el fanatismo que se atenta contra la propia vida humana. La santería, al igual que cualquier religión, no es regularizada por el Estado.