La historia de Ricardo Aldape Guerra fue muy representativa para los mexicanos, pues se convirtió en el primer mexicano en librar la pena de muerte en Estados Unidos, pero también pareció ser víctima de una broma del destino, pues murió tras volver a obtener su libertad.
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Aldape fue condenado a muerte cuando se le acusó del asesinato de un policía norteamericano en 1982, de manera injusta fue preso en el corredor de la muerte en espera de su destino, donde pasaría 15 años, hasta que un milagro parecía haber aparecido, pues el gobernador de Texas George WH Bush le otorgó la libertad.
Injusticia tras injusticia
Cuando las acusaciones en contra de Ricardo Aldape iniciaron, el hombre quedó a la deriva, sin apoyo de ninguna institución gubernamental, además de que su caso fue sede de múltiples actos corruptos cuando las pruebas en su contra fueron alteradas y el testimonio falso de testigos fue presentado. Todo contra el hombre de origen mexicano.
En aquellos años la justicia en el estado de Texas era una de las más duras. Y aunque Aldape siempre aseguró ser una persona inocente, se sabía que su destino sería la silla eléctrica o la inyección letal. Sin embargo un poco de esperanza llegó a la vida de Ricardo, pues tenía acceso económico para pagar una buena firma de abogados a un elevado precio, por lo que el trabajo de Scott Attlas, Sandra Babock y Carlos Marín, seguido de la presión mediática, finalmente dieron resultados.
Por años el bufete de abogados luchó y libró a Aldape del castigo máximo en cuatro ocasiones, hasta que finalmente un amparo le libraría del castigo y se volvió posible su liberación.
Tras obtener su libertad, el hombre se apresuró por volver a su patria, donde disfrutó de cuatro meses de libertad, pues la fecha de su muerte ya estaba destinada, un accidente automovilístico le arrebataría la vida al mes de abril de 1997.
La noticia de su fallecimiento dio un mayor auge a su fama, pues Aldape nunca imaginó que podría disfrutar tan poco tiempo de la libertad que le costó años y miles de dólares conseguir en la batalla contra la justicia norteamericana.