Fernando, un niño con cáncer terminal, siempre había soñado con conocer el mar, su único impedimento había sido la enfermedad que padece. El pasado 3 de julio, este sueño se cumplió para él y su familia.
Gracias a la twitera Claudia es Claudia, sobreviviente de cáncer de mama, pudimos conocer la historia de Fernando Gael Núñez, un pequeño con cáncer de piel en estado terminal. Su único deseo antes de dejar este mundo había sido ese, conocer por primera vez el agua salada de una playa.
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Su abuelo, con gran pesar, comentó, a través de un video subido a Twitter, la situación que enfrenta Fernando.
Se trata de una rara afección llamada xerodermia pigmentosa, la cual hace que la piel sea vulnerable a los rayos UV. El cáncer de piel se desarrollaría por esta enfermedad.
"Hace 10 días la doctora nos dijo que ya no había mucho que hacer… el niño quiere ir al mar con sus hermanas”, comentó el abuelo de Fernando, César Baltazar.
La historia fue compartida a través de redes sociales, en donde el milagro sucedió. Cientos de internautas se unieron solidariamente para hacer donaciones a la cuenta de su abuelo, y así cumplir el deseo de Fernando, ir al mar por primera vez.
El fin de semana, por fin Fernando pudo ir a la playa. Consciente de su condición, esto no le impidió disfrutar del Sol, la arena y la plenitud del mar en toda su extensión.
A través del twitter de Claudia es Claudia, pudimos ver una fotografía de Fernando, afectado por su condición, pero feliz de estar donde tanto deseaba.
Claudia agradeció a una persona en específico, quien prefirió el anonimato. Presuntamente, el habría dado la mayor parte del dinero para hacer viajar al pequeño.
Entre lágrimas y risas, Fernando Gael logró su meta, ir de vacaciones al mar con su familia. A pesar de que esta podría ser la última vez que pueda disfrutar de un viaje así, la felicidad de compartir la experiencia con sus seres queridos no tiene precio.
"Mi corazón me dice que sí, que este va a ser el último. Quiero pasar tiempo con mi familia disfrutando los días, noches, tardes; disfrutar cada momento con ellos", comentó Fernando Gael.
Un trayecto de 5 horas entre Sahuayo, Michoacán, lugar de residencia del pequeño, hasta las playas de Manzanillo, Colima, fue el tiempo que tardaron en acudir al encuentro del sueño del menor.
Evitando la luz directa, Fernando Gael compartió todo un fin de semana con su familia, quienes agradecieron a todos por el apoyo ofrecido en una causa más que noble.
Los sueños de un niño con cáncer terminal pueden sonar simples, pero significan demasiado. Una oportunidad única, antes de dejar este mundo.
Con información de Milenio
JGR