Como consecuencia de las lluvias cada vez más abudantes que azotan los trópicos, diversas especies invasoras se están estableciendo en los cuerpos de agua mexicanos: el temido pez diablo poco a poco se adueña de las lagunas y ríos del país.
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Es una de las más difíciles de combatir ey cada vez más común hallarlo en los ríos, lagunas y presas de México como consecuencia de las grandes inundaciones provocadas por los huracanes y tormentas cada vez más frecuentes.
Después de más de dos décadas de luchar contra la plaga, las autoridades mexicanas han podido hacer muy poco.
El Pez Diablo en el norte de México
El año pasado, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas de México alertó a la población aledaña a las áreas naturales protegidas de Coahuila sobre las medidas para controlar la llegada del pez diablo.
SU nombre científico es Hypostomus plecostomus y le encanta chupar las algas de las cuencas mexicanas. El mismo problema se detectó en Quintana Roo, al sureste del país.
Mide alrededor de 40 centímetros y a diferencia de otros peces, esta especie no cuenta con escamas. Por el contrario, protege su cuerpo con cartílagos y espinas, que utiliza cuando lucha contra otros animales.
Especie agresiva
Son animales muy agresivos. La crisis climática global ha provocado que su ecosistema natural se modifique, por lo que buscan entornos que se adecúen más a sus necesidades de supervivencia.
Utiliza las lluvias y ciclones, los cuales son cada vez más constantes, para invadir cuencas y cuerpos de agua salada. Además de ser una especie agresiva tienen una gran resistencia al momento de salir del agua.
Es capaz de sobrevivir hasta 14 horas fuera del agua. Por medio de las inundaciones, llega a nuevos espacios y termina con las especies nativas que encuentra a su paso.
¿Batalla perdida?
El problema con esta plaga, originaria de países de Sudamérica, es que aprovecha los recursos de estos ecosistemas y desestabiliza el equilibrio ecológico que existía en ellos.
De esta manera, incide directamente en la cadena alimentaria de los sistemas acuáticos del país. Además de esto, tiene una capacidad impresionante para adaptarse, lo que convierte en una especie mucho más resistente a sus depredadores naturales.
Su potencial para adueñarse de los ecosistemas en los que se instala es sorprendente. Hoy, otras especies como la tilapia son depredadas por el pez diablo y les está deja poco espacio para restablecer sus poblaciones de manera normal