La Operación River Wall entró en una nueva fase con la colocación de un tramo adicional de boyas en el río Bravo, específicamente frente a la playa Bagdad, donde personal estadounidense arribó en embarcaciones oficiales para extender la barrera flotante.
El movimiento, detectado por pescadores locales, generó una respuesta inmediata de autoridades mexicanas que acudieron al área para evitar un eventual cruce no autorizado y verificar el cumplimiento de los límites territoriales.
Operación 'River Wall': boyas en el Río Bravo
La maniobra forma parte del esquema fronterizo que Washington impulsa con el objetivo de reforzar la vigilancia en zonas consideradas de alta movilidad migratoria.
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En esta etapa, la estructura instalada incorpora advertencias impresas que prohíben el acceso, la captura de imágenes y cualquier tipo de registro en el sector, extendiendo el alcance de restricciones que previamente habían sido implementadas mediante letreros en puntos cercanos a Matamoros.
La presencia de funcionarios federales mexicanos, tanto de Marina como del Instituto Nacional de Migración, busca documentar la alineación de las nuevas piezas con la demarcación binacional, pues su ubicación en el centro del cauce ha reactivado cuestionamientos sobre la metodología con que Estados Unidos define los puntos de intervención.
Hasta ahora, no se ha difundido un dictamen técnico que confirme si el trazo coincide con la delimitación reconocida por ambos gobiernos.
En paralelo, organizaciones ecologistas han advertido que el incremento de estructuras flotantes genera presión en áreas donde se reproducen especies marinas protegidas, además de sumar impactos acumulados por prácticas humanas y actividades tecnológicas crecientes en la zona costera.
Dice EU que son sistemas inteligentes
Este escenario se acompaña del despliegue adicional de embarcaciones de respuesta y equipos tácticos que el Departamento de Seguridad Nacional ha incorporado dentro de su estrategia de resguardo fluvial.
La operación en playa Bagdad se inserta en un proceso más amplio que, según autoridades estadounidenses, busca modernizar la infraestructura fronteriza mediante sistemas inteligentes, sensores avanzados y barreras mixtas.
Aunque el gobierno mexicano no ha emitido una postura definitiva, la vigilancia permanece activa mientras se espera claridad diplomática sobre los alcances de la más reciente intervención vinculada a la Operación River Wall.