La tuberculosis sigue siendo un problema de salud preocupante en Texas y en la Ciudad de Laredo, donde se han detectado 84 casos desde el 2020.
Mientras que los casos de tuberculosis en el estado en 2020 y 2021 se mantuvieron justo por debajo de los mil, los datos preliminares muestran que los casos aumentaron a mil 8 en 2022.
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En Laredo se detectaron 31 casos en el 2022 mientras un año antes fueron 28 y en el 2020 apenas 16 mientras en menos de tres meses del 2023 ya van nueve.
“La tuberculosis es una enfermedad bacteriana que afecta al ser humano desde la antigüedad y que sigue matando cada año a muchas personas en todo el mundo”, dijo la doctora Jennifer Shuford, comisionada del Departamento Estatal de Servicios de Salud (DSHS).
“La buena noticia es que puede curarse. Texas tiene un sólido sistema de salud pública que ayuda a garantizar que las personas con TB reciban el tratamiento que necesitan para tener una vida larga y sana”.
El TCID es un centro del DSHS en donde se trata a pacientes con tuberculosis originarios de Texas así como a casos graves provenientes del resto del país. Como hospital de enfermedades agudas con 75 camas, el TCID proporciona tratamiento médico a los pacientes con TB a la vez que atiende sus necesidades sociales y de salud mental.
El personal también está estudiando nuevas formas de prevenir y tratar las enfermedades infecciosas, incluida la enfermedad de Hansen.
“El TCID se enorgullece de recibir a funcionarios de salud pública de todo el estado y a los líderes de nuestra comunidad local para celebrar el Día Mundial de la Tuberculosis”, dijo John Lopez, administrador y superintendente del hospital del TCID. “El TCID es un centro singular que utiliza un enfoque multidisciplinario para tratar los casos más difíciles de tuberculosis en Texas. Nuestro personal clínico y de apoyo trabaja conjuntamente para ofrecer una atención médica orientada a sanar la mente, el cuerpo y el alma de nuestros pacientes”.
Aunque los pulmones son los más afectados por la TB, esta enfermedad también puede afectar negativamente al cerebro, los riñones y la columna vertebral. Hoy en día, la mayoría de los casos de TB pueden curarse con nuevos antibióticos, pero la TB puede seguir siendo mortal si no se trata. Las personas con tuberculosis activa pueden tener tos, fiebre, escalofríos, sudores nocturnos, fatiga y pérdida de peso. Cuando una persona con tuberculosis activa tose, estornuda, habla o canta, las bacterias de la tuberculosis pueden esparcirse por el aire, poniendo en riesgo de infección a quienes estén cerca.
La infección por tuberculosis describe a los pacientes que no están enfermos pero que tienen tuberculosis en su organismo. No presentan síntomas porque los microbios están inactivos. Y aunque los microbios no se transmiten a otras personas durante esta fase, estos pacientes pueden desarrollar más adelante la tuberculosis activa si no reciben tratamiento.