Si la gente en las calles de Nuevo Laredo se resiste a vivir en refugios, el panorama no es muy distinto en el vecino Laredo, pues el frío y la lluvia hicieron visible el grave problema de desamparo en la ciudad y para empeorarlo, cada vez son más las personas que llegan y se agregan a las que viven bajo los puentes carreteros, en parques o en edificios abandonados e inclusive, hay quienes ya instalaron casas de campaña a un lado de la Carretera 35.
Jerry Sepúlveda, presidente de la Coalición Contra el Desamparo, confirmó que siguen llegando personas sin hogar procedentes de otras ciudades, donde el problema es más grave aún.
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“En Laredo, el problema es que hay muy pocos refugios y eso se nota especialmente en el invierno cuando más personas buscan dónde pasar la noche y no consiguen un lugar”, indicó. De hecho, cuando hace frío, el refugio de Bethany House, el más grande que hay en la ciudad, se llena de inmediato e inclusive las personas duermen en los pasillos entre bolsas de dormir y montañas de cobijas.
El problema de falta de refugios obligó a unos indigentes a montar una casa de campaña en las faldas de la Carretera 35 casi a la altura de la calle Calton Road frente al HEB.
La endeble casa estaba habitada por al menos 10 personas que estaban amontonadas entre sí para protegerse del frío. Afuera estaban estacionados unos carritos de mandado con algunas de sus pertenencias. “En definitiva necesitamos más albergues, más espacios para los desamparados, ahorita estamos al tope y mientras siga el frío así seguiremos”, indicó.
La Coalición Contra el Desamparo realizará en enero, un conteo para determinar la gravedad del problema de las personas que viven en las calles. Los indigentes viven en diferentes refugios, en hoteles y moteles con fondos del gobierno o en viviendas de transición, otros de plano en las calles, en edificios abandonados, en vehículos, en parques públicos, en estaciones de transporte y en otros lugares no destinados para ser habitados, como debajo de los puentes.
El último estudio realizado, indicó además, que de los 304 indigentes contados, 39 tienen un problema crónico de desamparo.