Un caso indignante ha sacudido a la comunidad de California, al quedar impune tras un asesinato, en el que un conductor imprudente atropelló y mató a tres niñas, se dio al la fuga y no han dado con su paradero al día de hoy.
El pasado 5 de junio, Willow Sanchez, Daytona Bronas y Sandra Mizer, de 11, 12 y 13 años, todas de Lucerne Valley, se encontraban caminando por Camp Rock Road a las 22:30 horas, cuando fueron embestidas por un auto Chevrolet Silverado blanca que se deslizó hacia el arcén de la carretera y las tomó por sorpresa.
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En el lugar murieron las tres chicas, dos de ellas en sillas de ruedas, pero dejó a una cuarta con heridas mortales.
Se trata de Natalie Coe, de 14 años, quién sufrió heridas graves y fue trasladada en avión al Centro Médico de la Universidad de Loma Linda para recibir tratamiento.
“Su pierna fue amputada en el accidente, todas sus otras extremidades están destrozadas y su hígado está sangrando, sus riñones están sufriendo”, declaró su madre, Sherrie Orndorff.
Según el medio KNBC-TV, el conductor y el pasajero bajaron del vehículo para ver la situación, sin llamar al 911 y darse a la fuga.
Hasta el momento no ha quedado claro si el accidente se produjo por un uso de drogas, alcohol u otro estupefaciente.
Pete Livingston, superintendente del Distrito Escolar Unificado del Valle de Lucerne declaró al USA Today Network que es difícil expresar lo que la pérdida de las niñas les ha causado a la comunidad.
“Nuestro lema es: ‘Somos más que un distrito escolar, somos una familia’. Creo que cuando pasas por una tragedia como esta, todos están ahí para los demás, y eso es definitivamente lo que está sucediendo en este momento” , dijo.
Jessica Risler, vicepresidenta de la junta de LVUSD, ha creado una página de GoFundMe para ayudar a cubrir los costos médicos y funerarios de las familias de las cuatro niñas.
Así, el caso sigue abierto para encontrar al tipo que atropelló a las niñas y se dio a la fuga.
JGR