Los hermanos Lyle y Erik Menendez se encuentran cumpliendo una condena de por vida en una cárcel de Estados Unidos; los hermanos fueron encerrados por haber asesinado a sus padres en su propia mansión ubicada en una de las zonas más exclusivas de Los Angeles, California.
El caso de la familia de Menendez ha vuelto a causar controversia, ya que la plataforma Netflix ha producido una serie basada en los hechos ocurridos en el verano de 1989 en Beverly Hills, cuando ocurrió parricidio más famoso de la década de los noventa, tras el estreno de la serie han resultado nuevos detalles del caso.
El caso tuvo relevancia internacional, porque los hermanos después de haber cometido el asesinado llamaron a la policía para decir que habían encontrado a sus padres sin vida, por corto tiempo los hermanos estuvieron libres hasta que salieron a la luz distintas pruebas que incriminaron a Lyle y Erik Menendez de 21 y 18 años en aquel moomento.
Te podría interesar
José y KKitty Menendez eran los padres de Lyle y Erik, y la vida de los cuatro cambió de la noche a la mañana tras el parricidio en su propia casa; la familia tenía un futuro prometedor hasta que los hijos planearon acabar con la vida de su padre. Los jóvenes Menendez fueron sentenciados a cadena perpetua en prisión; cabe mencionar que tras el crimen ambos heredaron la fortuna y propiedades de la familia.
La familia era acaudalada y vivía en una zona privada y exclusiva de Los Angeles, California; pero tras el crimen surge la duda de lo que sucedió con la mansión, propiedades y la fortuna de los Menendez.
Qué pasó con la mansión o “Murder House” de la familia Menendez
La mansión donde ocurrió el asesinato de los Menendez está ubicada de la calle Elm Drive número 722 en Beverly Hills y fue comprada por el magnate Sam Delug en el 2001, se sabe que el empresario pagó 3.7 millones de dólares por los 9 mil pies cuadrados de la propiedad.
En el 2024 la mansión fue comprada en 17 millones de dólares, pero el comprador nunca fue revelado, ya que se protegió su identidad y según expertos la casa se compró a una precio 'más barato' por tratarse de una propiedad donde ocurrió un crimen de semejante dimensión; hoy los hermanos Menendez continúan en la cárcel cumpliendo dos cadenas perpetuas.
En la actualidad, Lyle y Erik Menendez lucen muy diferentes con sus 53 y 56 años de edad, pues no queda nada de aquellos jovencitos que se presentaron por primera vez en la corte aquel otoño de 1989, cuando se descubrió que los fueron que asesinaron a sus propios madres a sangre fría con escopetas.