En un reciente informe del Ministerio de Unificación de Corea del Sur sobre la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, se ha revelado que en 2022 un joven de 22 años de la provincia de Hwanghae fue ejecutado públicamente por escuchar K-pop.
Las autoridades del régimen de Kim Jong-un lo consideraron culpable de traición, castigándolo con la pena máxima.
Ejecutan a joven por escuchar K-pop
El informe, que recopila aproximadamente 649 testimonios de desertores del régimen norcoreano, indica que la situación para la población norcoreana sigue empeorando.
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La identidad del joven ejecutado no ha sido revelada, pero se sabe que había escuchado más de 70 canciones y visto películas de Corea del Sur, lo cual fue suficiente para que las autoridades lo tildaran de traidor y ordenaran su ejecución.
En 2020, el Congreso de Corea del Norte aprobó una nueva ley que prohíbe la difusión de material considerado de "ideologías y culturas reaccionarias".
Esta ley es parte del esfuerzo del régimen de Kim Jong-un por censurar cualquier influencia extranjera, especialmente de Corea del Sur y Occidente. Desde que asumió el poder en 2011, Kim Jong-un ha intensificado las medidas para prohibir contenidos que puedan desestabilizar su control sobre la población.
Testigos narran sus experiencias
Uno de los testigos del régimen que logró escapar a Corea del Sur compartió su experiencia, destacando el impacto de los dramas y la música surcoreana en los jóvenes norcoreanos.
"Después de ver dramas coreanos, muchos jóvenes se preguntan: ¿Por qué tenemos que vivir así? Pensé que preferiría morir antes que vivir en Corea del Sur [...] por supuesto, no podemos decir nada malo contra Kim Jong-un públicamente, pero entre amigos cercanos, amantes o familiares, sí decimos esas palabras," afirmó el testigo.
Kim Jong-un ha estado en una lucha constante por censurar cualquier tipo de contenido que haga alusión a la cultura occidental, incluyendo cortes de pelo, el uso de jeans, música y material audiovisual.
Esta lucha tiene como objetivo reafirmar el poder de Corea del Norte sobre otras soberanías internacionales. El K-pop, en particular, se ve como una amenaza significativa para la moral e ideología de la población norcoreana, por lo que su reproducción está prohibida en todo el territorio.
La ejecución del joven por escuchar K-pop es un ejemplo más de las duras políticas del régimen de Jong-un para mantener un control férreo sobre la población y evitar cualquier tipo de influencia externa que pueda desafiar su autoridad.