En los últimos días, a lo largo del mundo se han podido ver auroras boreales. El fenómeno natural dejó atónitos a todos, pero ¿conoces su origen?, ¿pueden significar algún peligro para la humanidad? Aquí te explicamos. También te puede interesar: estos son todos los tipos de tormentas solares.
La primera vez que se habló de auroras boreales fue en el siglo XVII, cuando el astrónomo italiano Galileo Galilei estableció el término “aurora” para este fenómeno. En aquel entonces, se creía que era el reflejo de la luz solar en la atmósfera.
Este fenómeno visual surge cuando el viento solar ‘arroja’ partículas del Sol hacia el exterior. Toman todas las direcciones posibles, algunas hacia la Tierra. Particularmente, este 2024, ha sido un año de alta actividad solar, por lo que se han dado estos inquietantes sucesos.
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Las partículas al acercarse al planeta Tierra entran en choque con el campo magnético. La corriente orilla a las moléculas hacia los polos, donde es más común ver estos espectáculos. Las ‘chispas solares’ entran en contacto con gases como el oxígeno y nitrógeno, con lo que se libera la luz de colores en el cielo. Las tonalidades más comunes son verdes, rojo, azul y morado, dependerá totalmente del gas con el que entren en contacto.
Como se mencionó anteriormente, el campo magnético de la Tierra desvía la lluvia de partículas solares hacia los polos, por lo que es ahí donde se ven más comúnmente. Regiones como Alaska, Canadá, Suecia, Noruega, Islandia y Finlandia son algunos de los puntos predilectos de este fenómeno natural. Que actualmente puedan ser vistos en otras zonas del mundo, como México, tiene que ver directamente con la intensidad del Sol durante este año.
Auroras boreales, ¿un peligro para el humano?
En sentido estrictamente humano no representa ningún peligro, como si lo significa ver un eclipse total sin ninguna protección visual. Sin embargo, la alta actividad solar, misma que provoca a las auroras boreales, puede generar desperfectos en los sistemas de navegación y comunicación.
No obstante, la posibilidad de que surja una tormenta solar de consecuencias graves es bastante baja. En caso de presentarse, las instalaciones eléctricas y los servicios de comunicación satelital podrían detenerse por horas e incluso colapsar.