El pasado viernes, un vuelo de la aerolínea KLM que cubría la ruta Ámsterdam (Países Bajos) a Ciudad de México tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en las Bermudas debido a una situación insólita a bordo.
El vuelo KL685, que viajaba con 259 pasajeros y una tripulación a bordo, se desvió de su trayecto después de que una intensa y desagradable ola de olor emanara de la bodega de carga, donde se transportaban 100 cerdos vivos.
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Según informaron fuentes locales, el olor comenzó a ser tan insoportable que afectó gravemente el ambiente en la cabina, lo que llevó a los pilotos a tomar la decisión de contactar con el control de tráfico aéreo aproximadamente seis horas después de haber despegado desde Ámsterdam.
El capitán del avión comunicó que la razón del desvío fue una ‘carga desagradable’, y solicitó el aterrizaje de emergencia en el Aeropuerto Internacional LF Wade, ubicado en las Bermudas.
Al aterrizar, los cerdos fueron rápidamente descargados y trasladados a un lugar seguro. Por otro lado, los pasajeros y la tripulación fueron alojados en hoteles cercanos mientras se gestionaba la situación.
La aerolínea KLM y el operador del aeropuerto, Bermuda Skyport, confirmaron que tanto los pasajeros como los animales estaban en buen estado de salud y bien atendidos.
En un comunicado, el portavoz de Bermuda Skyport aseguró que el personal del aeropuerto está acostumbrado a manejar 'situaciones inusuales' como esta, y destacó que la seguridad de todos a bordo fue la principal prioridad en todo momento.
Este incidente, aunque extraño, subraya las complejidades y desafíos que pueden surgir durante el transporte de animales vivos en vuelos comerciales, especialmente cuando las condiciones a bordo no son las ideales.
En este caso, el transporte de los cerdos resultó ser un desafío inesperado que obligó a KLM a tomar una decisión de seguridad para garantizar el bienestar de los pasajeros y la tripulación, así como de los animales.