Hisashi Ouchi era un operario de la planta nuclear japonesa de Tokaimura, el hombre llevaba un día aparentemente normal en su área hasta que ocurrió una explosión en su planta, la cual reciclaba combustible nuclear, para aquel entonces corría el 30 de septiembre de 1990.
La explosión ocurrió mientras que Hisashi y otro compañero arrojaban polvo de uranio a una cisterna de ácido nítrico, el cual era usado para crear combustible para un reactor nuclear. Mientras se realizaban los trabajos mencionados, algo salió mal, pues hubo un esplendor azul de la cisterna donde se arrojaba el uranio.
La luz que se emitió en la cisterna era el principio del fin, pues lo que se acababa de experimentar fue el resultado de una fisión nuclear, la luz que vieron los trabajadores de la planta fue una alta emisión de neutrones y rayos gamma, los cuales son los más letales para la salud de los humanos.
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Durante la fisión en cadena, el cuerpo de Hisashi Ouchi recibió miles de dosis de radiación, el trabajador recibió una carga radioactiva muy similar a la emitida en el epicentro de la explosión atómica de Hiroshima. El compañero de Hisashi también recibió grandes cantidades de radiación, pero un poco menos, ya que se encontraba retirado de la cisterna donde trabajaban.
Tras la explosión, las autoridades desalojaron la planta y las viviendas cercanas y al ver la magnitud del problema se estableció un perímetro de evacuación de 10 kilómetros y que tenían que mover unos 310 mil habitantes que vivían cerca de la planta nuclear.
Hisashi Ouchi agonizó por 83 días después de la explosión nuclear
Tras la explosión nuclear, Hisashi fue llevado al Hospital Universitario de Tokio debido a la exposición a niveles de radiación sin increíbles, cuando los doctores lo revisaron se dieron cuenta de que prácticamente habían desaparecido sus glóbulos blancos, con esto los médicos dijeron que su sistema inmunológico era inútil.
Los primeros síntomas que enfrentó Hisashi Ouchi a sus 35 años tras la explosión nuclear fue dolor muy intenso en el cuerpo que le ocasionaba problemas para respirar, posteriormente comenzó a vomitar sin detenerse y tenía desmayos frecuentes, su cuerpo fue cubierto de quemaduras y llagas que sangraban sin parar.
Hisashi con vida fue sometido a injertos de piel y a múltiples transfusiones de sangre para salvarlo. A pesar de los esfuerzos clínicos para que, Ouchi recuperara su salud fueron en vano, pues los cromosomas del empleado nuclear fueron alterados, la radiación en su sangre eliminó las sus células madre que fueron trasplantadas y los injertos de piel fueron rechazados, su ADN jamás se pudo regenerar.
De las últimas palabras que emitió Hisashi Ouchi fue que quería irse a casa porque no era ninguna rata de laboratorio, cuando el hombre llevaba 59 días en el hospital sufrió 3 infartos en tan solo una hora, los doctores lo volvían a resucitar supuestamente porque la familia pidió que no lo dejaran morir.
Finalmente, Hisashi Ouchi murió el 21 de diciembre de 1999 luego de que su débil cuerpo tuvo una insuficiencia orgánica múltiple y un infarto, y su muerte es recordada cada año por su larga agonía de 83 días y todo fue documentado por los especialistas que lo mantuvieron con vida en el hospital.