CASOS SOBRE RADICACIÓN

Hisashi Ouchi: el hombre que lloró lágrimas de sangre tras cruel y lenta muerte | FOTOS

El japonés sufrió de una exposición a la radicación comparada con una bomba atómica; así pasaron sus últimos días en el hospital en una agonía total

Así fue el caso de Hisashi Ouchi, el japonés que recibió la radiación similar a una bomba atómica
Así fue el caso de Hisashi Ouchi, el japonés que recibió la radiación similar a una bomba atómica
Escrito en GLOBAL el

La historia de Hisashi Ouchi es una de las más perturbadoras al hablar de los efectos de la radiación. En 1999, la historia de este japonés inquietó a todo el mundo, pues su muerte fue sumamente dolorosa, ¿qué sucedió?

Hisashi Ouchi trabajaba en una planta nuclear en Japón. Un 30 de septiembre de 1999 estaba realizando sus actividades comunes. Junto a un compañero, estaban arrojando polvo de uranio a una pileta de ácido nítrico para hacer combustible para el reactor nuclear.

Aunque era algo común, el procedimiento salió mal y hubo un fuerte destello color azul, mismo que impactó a Ouchi. De acuerdo con la investigación posterior, la reacción desató una radiación de mil veces más que la dosis media anual soportada por el ser humano. 

El canal español Antena 3 comparó lo recibido por Hisashi Ouchi con la explosión atómica de Hiroshima; los efectos eran incalculables y el mal estaba hecho.

Las primeras consecuencias y muerte de Hisashi Ouchi

Tras la emisión fortísima de radiación, Ouchi se desmayó. Fue llevado a un hospital en Tokio, donde reportó algunas quemaduras en la piel: ese tan sólo fue el inicio de su agonía. 

Pasó un total de 83 días en el centro médico antes de finalmente morir. La radicación destruyó todos sus glóbulos blancos y su estructura cromosómica había sido alterada. El cuerpo de Hisashi Ouchi no podía regenerar células de su cuerpo. 

El japonés, al no tener la capacidad de regeneración, perdió lentamente la piel. Aunque tuvo injertos y transfusiones de células madre, la radiación era aún mayor. Todo su cuerpo empezó a carcomerse, a quemarse lentamente. 

Su agonía llegó al punto en que incluso lloró sangre, debido a que su cuerpo no podía retener más el líquido vital. Durante el día 59, Hisashi Ouchi se rindió y pidió que lo dejarán morir; lo cual no sucedió hasta 21 días después, pese a los intentos de inducirlo a un coma. Al menos hubo 6 fallecidos más sobre este incidente entre 1999 y el 2000.