¿No te gusta tu trabajo? No eres el único, aunque eso no debe representar ningún consuelo para ti, pero de todas maneras hoy te vamos a hablar de los puestos más infelices que hay, y te diremos la razón, que tal vez no te imagines, pues todos tienen algo en común.
Antes de entrar en materia, te aconsejamos que si no estás a gusto con tu profesión u oficio, procures cambiar de giro, ya que parte importante de la felicidad es que te guste lo que haces, pues es algo que haces durante gran parte del día y, si no te llena, será como una piedra en el zapato.
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Claro, antes de renunciar debes buscar otro trabajo, porque algo peor que tener un trabajo que no te gusta es estar sin un peso, con todo lo que esto implica, sobre todo si tienes una familia sobre tus hombros.
También, debes estar consciente que no hay trabajo perfecto, pues todos tienen cosas que no nos gustan, por lo que debes poner en la balanza los pros y los contras antes de tomar una decisión precipitada de la que te arrepientas el día de mañana.
Estudio de Harvard
La prestigiosa Universidad de Harvard realizó un estudio en el que se determinaron los tres trabajos que más infelicidad provocan a quienes los desempeñan y develan las razones.
Aunque hasta hoy día se publicaron los resultados, el extenso análisis se empezó a realizar en 1983. Luego de tomar en cuenta 700 trabajos diferentes durante 40 años, establecieron cuáles son los peor calificados por quienes los desempeñan.
La conclusión es que los trabajos solitarios son los que menos satisfacción generan, pues no hay con quien interactuar en la jornada laboral y mucho menos crear una amistad, algo tan común en los trabajos, por lo que guardias de seguridad, repartidores y camioneros son los puestos más infelices en el mercado.
Uno más
Otro cargo que se mete entre los más infelices del mundo es el de los trabajadores de call centers, pues aunque ellos tienen compañeros y tienen la posibilidad de interactuar con sus colegas en el día a día, sienten mucha frustración cuando entran en una mala racha de no poder llegar a los objetivos que se les piden, al no poder convencer a mayor cantidad de personas al otro lado del teléfono sobre el producto o servicio que ofrecen.
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