El sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundó y manejó a su modo un imperio dentro de la Iglesia católica que, en lugar de servir, terminó por dañar el seno de la propia iglesia con actos graves de denuncias de abusos sexuales cometidos por él mismo y sus sacerdotes que protegía.
Para el papa emérito Benedicto XVI, quien murió este sábado a los 95 años en el Vaticano, este fue un duro problema por el que, desde antes de asumir el cargo de jerarca de la iglesia, ya lo venía aturdiendo desde hacía tiempo.
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Fue, de hecho, una de las causas que lo llevó a convertirse en 2013 en el primer pontífice en renunciar a su cargo desde la Edad Media.
Los casos de pederastia en la iglesia se cuentan por miles y, se afirma, que el propio Ratzinger tenía conocimiento de ellos.
Muchos de ellos venían de décadas atrás, pero fue durante su pontificado, entre 2005 y 2013, que el Vaticano tuvo que enfrentar y responsabilizarse por las graves denuncias de abusos sexuales que estallaron en diferentes partes del planeta.
Casos que parecían tener un mismo modus operandi: historias de sacerdotes que habían abusado de menores y cuyas denuncias eran sepultadas por la Iglesia con la ayuda de abogados, políticos y hombres cercanos al poder.
Entre estos escándalos, uno de los que Benedicto tuvo que sortear casi desde el primer día de su pontificado fue el del sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de la polémica congregación Los legionarios de Cristo.
Maciel la había creado en la década de 1940 con el fin declarado de acercar el ministerio de la Iglesia a los más jóvenes, pero la congregación terminó siendo el espacio donde fueron abusados sexualmente cerca de 175 menores a lo largo de cuatro décadas, según los reportes de crímenes que incluso han sido aceptados por las propias autoridades eclesiásticas.
En 2005, cuando Ratzinger se convierte en Benedicto XVI, la institución tenía presencia en cerca de 10 países y unos 65.000 miembros, especialmente en América Latina. Maciel era considerado un protegido de su antecesor, el papa Juan Pablo II.
Y una de las primeras acciones importantes del pontificado de Benedicto fue ordenar el pase a retiro de Maciel en sus actividades como sacerdote, en 2006.
"Muchos defensores de Ratzinger dicen, con razón, que la pederastia fue la marca de su pontificado", señala el sociólogo mexicano y experto en temas de la Iglesia Bernardo Barranco, autor del artículo "La pederastia y los pecados de Benedicto XVI".
De acuerdo con Barranco, los defensores del Papa emérito señalan que fue él quien impuso la llamada "tolerancia cero": endureció sanciones, modificó cánones y dictó nuevas leyes que penalizan los abusos en el marco de la Iglesia.
Pero sus críticos no consideran que haya hecho suficiente...