Una mamá vegana fue condenada a cadena perpetua por la muerte de su bebé el cual tenía desnutrición por sus incipientes dietas basadas en la norma alimenticia.
Sheila O’Leary, de 38 años y oriunda de Cape Coral, Florida, Estados Unidos sometió al bebé a una estricta dieta donde integraba únicamente puros vegetales, omitiendo alimentos o productos de origen animal necesarios para el crecimiento del menor. Acusada de homicidio y maltrato infantil, la mujer enfrentó a la justicia esta semana.
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¿Quién era Sheila O’Leary?
El pequeño bebé tenía por nombre Ezra O'Leary, y era cuidado por sus padres Sheila y Ryan, ambos veganos estrictos, quienes comenzaron a darle una dieta completamente basada en plantas y verduras. Lamentablemente esta alimentación rica en vitaminas pero pobre en proteínas, acabó por mermar su organismo, muriendo a causa de la falta de estos requerimientos en diciembre de 2019.
A pesar de ser amamantado por su madre, la mujer tenía desnutrición por comer frutas y verduras crudas, siendo incapaz de proporcionar las defensas adecuadas al organismo de su hijo.
Cuando las autoridades encontraron al menor, este apenas y pesaba 3 kilos, teniendo el tamaño de un bebé de 7 meses. La mujer dijo que el bebé no comió en una semana y que la noche antes de morir tuvo problemas para dormir.
En el lugar también fueron rescatados otros dos infantes con serias señales de desnutrición, siendo puestos en resguardo por Protección Infantil.
Jueces de la ciudad de Fort Myers en Florida determinaron la culpabilidad por homicidio, además, sumaron dos cargos por negligencia infantil. Mientras tanto, el padre del menor espera juicio este año, estando en la cárcel del condado de Lee desde que fue detenido en 2019 por estos motivos.
Previamente Sheila había rechazado un acuerdo para pasar 30 años de prisión por estos delitos, sin embargo, la suma de los agravantes fueron determinantes en su cadena perpetua.
Sheila O’Leary, la mamá vegana condenada a cadena perpetua por la muerte de su bebé por desnutrición, enfrentará la justicia y habitará una celda el resto de su vida.