Cientos de personas dejan sus hogares diariamente con la esperanza de buscar un futuro mejor, tanto para ellos como para sus familias, los migrantes no solo pasan por largas travesías para cruzar ciudades, estados e incluso países enteros para llegar a Estados Unidos, sino que también van de por medio la inversión de grandes cantidades de dinero para poder pagar el cruce ilegal por la frontera.
Esta es la historia de Marcial Trejo Hernández un hombre de 39 años de edad que emprendió el viaje en la búsqueda de una mejor calidad de vida, sin imaginar que su vida terminaría de una manera trágica al lado de las más de 50 víctimas del tráiler encontrado en San Antonio, Texas la semana pasada.
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Una fiesta para su hija
Su esposa, Maria Guadalupe Ramírez Garay relató para Milenio, como el hombre tenía en mente llegar a Georgia, en donde le sería asignado un nuevo empleo, su mayor motivación para realizar el peligroso viaje era el poder costear la tan deseada fiesta de 15 años para su hija.
Para poder cruzar la frontera, Marcelo necesitaba pagar una cuota de 9 mil dólares, mismos que recaudó con la venta de una camioneta en su ciudad, el municipio de Pinal de Amoles, en Querétaro. Fue así como tras conseguir los contactos y tener todo planeado, el hombre le dió el último adiós a su familia y con la promesa de regresar, partió de su hogar.
"Él solo me dijo 'ya tengo mi contacto para irme'; cuando cruzó nos habló y solo nos comentó que abordaría un tráiler con más de 60 personas pues solo les quedaba 'un retén' para llegar a su destino".
En anteriores ocaciones el hombre había realizado el viaje, tenía poco tiempo de haber regresado pero decidió emprender el viaje de nuevo, por ello invirtió la fuerte cantidad de dinero, sin embargo tras el accidente su familia ya no volvió a saber nada sobre su paradero.
"Al momento que sale en las noticias fue lo primero que pensé, porque él iba llegando ahí, supe que entre los pasajeros estaría mi marido. Mi niña sabe todo, yo no le quiero engañar y hacerla que sienta más dolor por esconderle algo"
A pesar de que su marido no fue identificado entre las víctimas, María Guadalupe sabe que lo más seguro es que Marcelo no regrese nunca a Pinal de Amoles, de donde salió en busca del llamado sueño americano.