Como extraído del programa "La Rosa de Guadalupe", una mujer y su hija vivieron un infierno, en Colombia, luego de que la madre se tuvo que infiltrar en una red de trata de blancas, para dar con el paradero de su hija y rescatarla de las garras de los delincuentes.
La joven, de la que no se dio su nombre por obvias razones, pasó por un periodo desempleada, tiempo en el que conoció a un hombre en un bar y con el que sostuvo una plática en la que dio a conocer parte de su vida.
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El hombre prometió ayudarla y le comentó que él y su padre tenían una empresa en la que le podrían ofrecer trabajado a cambio de una buena remuneración económica.
Al principio ella no hizo mucho caso del ofrecimiento, pero meses después se puso en contacto con el sujeto y aceptó la propuesta.
Al llegar a la cita en el lugar acordado se dio cuenta que distaba mucho de la realidad, mientras que el hombre y su padre le dijeron que para comenzar en el trabajo tenían que "volverla mujer", por lo que ambos abusaron sexualmente de ella.
De regreso a su casa pensó en qué mundo se había metido. Al día siguiente los dos sujetos fueron por ella y con lujo de violencia la sacaron de su casa para llevarla a otra ubicación en donde encontró a otras jóvenes en la misma situación. Ahí le tomaron fotografías desnuda y las subieron a un álbum en una dirección de encuentros sexuales.
De acuerdo a las pláticas, el trabajo consistiría en ser "dama de compañía" de hombres, por lo que se ganaría un buen dinero con lo que se costearía sus estudios, pero al final los sujetos la privaron de su libertad y solo la llevaban a cumplir los encuentros con los hombres que la contrataban. Llegó a tener hasta 11 encuentros por día.
Por otra parte, y al ver que su hija no regresó, la madre se puso en contacto con el hombre joven con el que ella había bailado en el bar y fue así como poco a poco se fue infiltrando en esta red familiar de explotadores sexuales.
Cuando ya había entrado en confianza, organizó una reunión en su casa y los invitó. Ellos acudieron y ella aprovechó para tomarles fotografías y videos y tenerlos como evidencia de quienes eran.
Durante la reunión logró conocer el paradero de su hija y, con toda esta información disponible acudió a la policía quienes ordenaron una redada.
Al llegar detuvieron a los delincuentes, padre, madre e hijo y lograron rescatar a otras mujeres secuestradas, con lo cual la mujer ayudó a desmembrar a esta peligrosa red y pudo recuperar a su hija.
Hugo Pérez, director contra las violaciones a los derechos humanos al medio colombiano, dijo que las jóvenes eran vinculadas a una comunidad virtual, en las que se les creaba un perfil y desde él ofrecían servicios sexuales.
Cuando los clientes las solicitaban, las llevaban hasta el punto para cumplir estos encuentros íntimos en Funza, Mosquera, Madrid, Facatativá y otros municipios de La Sabana norte y occidente de Bogotá, informaron las autoridades policiacas.
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