Familares del joven de 19 años que fue baleado por un ingeniero que se resistió ante un intento de robo, en Argentina, protestaron ante lo que consideran una situación injusta. El ladrón murió en el lugar de los hechos
La familia del joven criminal reclamó a las autoridades que debería estar preso, no muerto.
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Ladrón muerto
Germán, el abuelo del joven, mencionó que su nieto asaltaba transeúntes con una pistola de juguete, y que el ingeniero debió haberle disparado en el pie y no al pecho.
El abuelo, sumamente indignado, comentó a los medios de comunicación:
Tenía que ir preso, no estar muerto (...) No puede portar un arma de semejante calibre. Mi nieto llevaba un arma de juguete, debió dispararle al pie, no al pecho. Es un asesinato
El anciano argumentó que no se puede hacer justicia por mano propia, y que más bien la víctima debió haber llamado a la policía.
El hecho violento quedó registrado por cámaras de seguridad, en el momento en que la víctima, llegaba a su trabajo, justo cuando el joven interceptó al conductor para robarle un automóvil con un arma que resultó ser de juguete.
Desde la guantera del auto, el ingeniero sacó una pistola, abrió la puerta y le disparó al ladrón en el pecho, quien vestía un pantalón oscuro, playera blanca y una gorra del mismo tono, y cayó al suelo y ya no se levanytaría jamás.
Los abuelos del ladrón fallecido, Germán y Marcela, dijeron que no sabían que su nieto era un asaltante, pero sí confirmaron que tenía problemas con el alcohol.
La familia había tratado de rehabilitarlo, pero admitieron que había estado en la cárcel por robar un vehículo de un lavadero en donde trabajaba.
La abuela ahogada en llanto, explicó que su nieto quería comprar un auto para trabajar.
Sigue abierta la investigación
Las autoridades encontraron el cuerpo del joven en la avenida y se comunicaron con el fiscal de homicidios, Gastón Duplaá, que quedó a cargo de la investigación.
La policía verificó el hecho en las cámaras de seguridad y al hacerle un seguimiento al auto de la víctima del robo, dieron con él en la empresa donde laboraba.
Legítima defensa
El hombre, de oficio ingeniero, entregó un arma calibre 45 a la policía mientras estaba en estado de shock y les contó el hecho violento que enfrentó.
Hasta ahora, el ingeniero se encuentra en libertad, ya que el fiscal Duplaá verificó que se trataba de un caso de legítima defensa.
El joven ladrón muerto nunca pensó en las consecuencias de su accionar y su carrera como criminal fue muy corta.