Estamos a una semana de que inicie el Mundial Qatar 2022 donde decenas de países se disputan el mayor título en el Futbol, sin embargo, detrás de la celebración de esta justa deportiva se encuentran los millones de trabajadores migrantes que han hecho posible que eta pequeña nación albergue un evento de tal magnitud.
Para hacer esto realidad se ha utilizado la labor de millones de trabajadoras y trabajadores migrantes, provenientes de países como India, Bangladesh, Nepal, Kenia o Filipinas, quienes han pagado un alto precio por hacer realidad los sueños de unos cuantos que decidieron traer el futbol a un país donde no es muy común su práctica.
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De acuerdo con los medios, entre un 90 y un 95 por ciento de los obreros son de origen extranjero, un total que se acerca a los dos millones de personas provenientes de los países más pobres y que laboran en condiciones infrahumanas.
Kafala, el sistema que 'esclaviza' a miles de obreros en Qatar
Luego de que en 2019 el país fuera designado como la sede del Mundial 2022, necesitó de cientos de miles de obreros que trabajarían en la mano de obra del proyecto, lo cual pudo resolverse con la contratación laboral bajo el sistema árabe denominado kafala.
David Hernández, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, especializado en Medio Oriente, explica:
El kafala es un sistema originario de la tradición islámica que contempla una relación laboral en la que se necesita un patrocinador o empleador y un trabajador extranjero”. Este contrato ha existido y existe en numerosos estados de la región y consiste en que el patrocinador se compromete con el trabajador migrante a darle un visado, garantizarle un puesto de trabajo, un sueldo y, además, facilitarle un tipo de alojamiento.
El problema surge en que este sistema facilita que el empleador tenga prácticamente un control total sobre su trabajador.
Natàlia Queralt, analista del Medio Oriente señala:
El sistema kafala fomenta esta explotación porque, una vez los trabajadores firman estos contratos, esta ley no les permite abandonar el trabajo y regresar a sus hogares si el empleador no lo permite, además de que tampoco tienen la libertad de cambiar de empresa o de protestar, ya que los derechos sindicales son inexistentes en Qatar.
Según publica El País, "cientos de miles de trabajadores y trabajadoras migrantes —predominantemente del sur y el sudeste de Asia y África— han sido sometidos a abusos y explotación laboral incontrolados: tasas de contratación desorbitadas, condiciones constitutivas de trabajo forzoso, pérdida e impago de salarios y largas horas de trabajo" sin descanso.
Desde que iniciaron las obras para el Mundial Qatar 2022, se ha erigido toda una gran infraestructura, desde autopistas, hoteles, gimnasios, restaurantes y más, todo con un costo de alrededor de 200 mil millones de dólares, con mano de obra migrante, para albergar al millón y medio de aficionados que asistirán a la mayor justa deportiva del mundo en un país con apenas cuenta con 300 mil personas de nacionalidad qatarí.