El objeto al que más le tenía celo Jeffrey Dahmer sin duda fue su cámara polaroid y es que con esa herramienta documentó todos los horribles crímenes que cometió contra sus víctimas; después de fotografiarlas con vida las mataba para seccionarlas y posteriormente tomarles más fotos y después comer parte de ellas.
El asesino serial de Milwaukee documentó en más de 600 fotografías polaroid por lo menos 14 crímenes, además de que en el departamento donde vivía la policía aún pudo encontrar restos de 15 víctimas.
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En uno de los rincones de la habitación de Dahmer había un tambo de plástico de 200 litros el cual contenía torsos y parte del cuerpo de tres hombres, los restos estaban sumergidos en ácido, el olor en el departamento era nauseabundo.
Miles de evidencias estaban por todo el complejo: sangre en las paredes, un congelador con partes del cuerpo, el refrigerador de Jeffrey Dahmer contenía dos cabezas completas y en perfecto estado, además de genitales y partes del cuerpo fileteadas listas para ser comidas por el caníbal.
Las fotos polaroid reales de Jeffrey Dahmer
La mayoría de las fotos polaroid de Dahmer encontradas por la policía en el departamento estaban a un lado de su cama, en un cajón de un ropero; el asesino tenía el cajón abierto con cientos de fotos que observaba todos los días para recordar todo lo que hizo.
En entrevista, el asesino dijo que comía a sus víctimas primeramente porque le dio curiosidad el sabor de la carne y después pensó que al hacerlo las personas se quedarían con él para siempre.
Las más de 600 fotos polaroid tomadas por el asesino quedaron bajo resguardo del FBI y aún están archivadas en algún lugar de Milwaukee, esperando que pudieran servir más adelante y posteriormente serán destruidas.
Algunas revistas de crímenes publicaron parte de las fotos polaroid reales que tomó Jeffrey Dahmer, varias de esas fotos fueron filtradas a la prensa para su publicación y otra parte fueron mostradas al jurado para enjuiciar al asesino de Milwaukee.