Los pingüinos africanos están sufriendo el ataque más inesperado de todos: la picadura de abeja. Alrededor de 73 aves marinas de Sudáfrica fallecieron luego de un ataque del enjambre en una playa cerca de Ciudad del Cabo.
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El informe, llevado a cabo este domingo por la Fundación de África Austral para la Conservación de las Aves Costeras (Sanccob), reportó la muerte de estos pingüinos el viernes, encontrados cerca de la playa Simon's Town, a unos 40 kilómetros de Ciudad del Cabo.
Las picaduras fueron encontradas en gran parte de su cuerpo, especialmente en los ojos, reportó el doctor David Roberts, veterinario de esta fundación.
"Las abejas picaron a estas aves hasta causarles la muerte" indicó David Roberts a la AFP.
Además de las evidentes picaduras, los especialistas llevaron a cabo una autopsia para descartar la presencia de enfermedades o sustancias tóxicas desencadenantes en la muerte de los animales.
Roberts describió el hecho como "raro e inhabitual". Lamentó la situación encontrada con esta especie en peligro de extinción; sin embargo, también reconoció el ataque de las abejas como parte del ecosistema, donde el hombre no tiene jurisdicción.
En Sudáfrica vive la colonia de pingüinos más grande e importante del mundo. La colonia tenía hasta 2019 trece mil parejas repartidas en entre este país y Namibia.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), desde inicios del siglo XX, la población del pingüino africano disminuyó en un 90%, por lo que se destinaron recursos para proteger a la especie, catalogada actualmente "en peligro de extinción".
No solo afectaría en el ecosistema la desaparición del ave marina, sino también a nivel económico, debido a los miles de turistas del mundo que acuden a estos lugares para visitarlos.
La picadura de abeja en estos pingüinos es un hecho inaudito, sin embargo, es parte de la naturaleza en Sudáfrica: la sobrevivencia del más apto.
Jesús García