El youtuber ruso, Andrei Pizh, fue condenado a 5 años de prisión este viernes por un tribunal de Moscú. La acusación de obtener y divulgar información clasificada de espacios subterráneos gubernamentales le costó su libertad.
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Según lo explicado por la Fiscalía de la capital rusa, el 'youtuber', de 37 años, ha sido condenado por "obtención ilegal de datos clasificados como secreto de Estado, su divulgación y su traslado fuera de Rusia", recoge la agencia de noticias rusa Sputnik.
A través de su canal en YouTube, Pizh publicaba los vídeos que iba grabando en antiguas plantas nucleares y otras instalaciones abandonadas. En el momento de su detención, en agosto de 2020, tenía más de 800 mil suscriptores en la plataforma.
Por todo esto, también se el acusa de obtener ilegalmente entre diciembre de 2018 y agosto de 2020 datos clasificados, particularmente sobre el diseño y otras características técnicas de instalaciones de acceso restringido en el área de Moscú.
Actualmente su canal está dado de baja, por lo que videos mostrados en la plataforma por el creador de contenidos está ahora dados de baja a petición de la fiscalía rusa.
Rusia y la censura de YouTube
Los problemas entre Rusia y la plataforma de YouTube tampoco son nuevos. En septiembre, el regulador ruso de las telecomunicaciones, Roskomnadzor, amenazó a la empresa de Google con suspenderlo en el país si este no levantaba la propia suspensión de la televisión pública RT en Alemania, que fue calificada de “censura” por las autoridades de Moscú.
El regulador ruso de telecomunicaciones comunicó que había pedido al propietario de YouTube, que “levante cuanto antes” las restricciones contra las cadenas de YouTube RT DE y Fehlende Part.
“Hay una ley que prevé una suspensión total o parcial de acceso si el propietario de una plataforma no ejecuta una advertencia de Roskomnadzor” comunicó el organismo.
YouTube bloqueó las cuentas de RT DE y Der Fehlende Part por haber violado las reglas internas de la comunidad, al difundir “falsas informaciones” sobre el coronavirus y haber querido pasar por alto una suspensión de descarga.
Con la condena de 5 años de prisión al youtuber ruso, quien era explorador urbano, el país se sumerge aún más en las políticas de vigilancia y prohibición.
Jesús García