HISTORIAS

Puntas de flechas: la colección invaluable de Don José Manuel

Dejó de sembrar hace años, pero Don José Manuel Jiménez Martínez se ocupó con otras funciones y descubrió una pasión de la que hoy está muy orgulloso

La colección es invaluable.
La colección es invaluable.Créditos: Sandra Jasso
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Los ejidos están llenos de historias, algunas tristes y llenas de impotencia, otras de trabajo y mucho esfuerzo, pero hay otras atípicas como ésta, de Don José Manuel.

Sin querer queriendo y poco a poco, fue forjando una colección que ha provocado la envidia de muchos, pero él no desea venderla ni cederla. 

"Recorriendo el monte he podido encontrar distintos pedernales (piedras duras) de los indios que habitaron en esta región como herramientas de caza o defensa; tener estas puntas es un gusto personal", platicó José Manuel Jiménez Martínez, habitante del ejido Nuevo Rodríguez en el Distrito de Riego 04 Don Martín, Coahuila-Nuevo León.

Doña Cuca y su nieta Aranza. FOTOS: Sandra Jasso

La colección privada que ha logrado reunir este hombre de 68 años es una variedad de puntas de flechas talladas, lanzas, hachas, cuchillos en cristal volcánico o roca ígnea como la obsidiana que utilizaban para cazar, cortar y luchar contra otras tribus.

Dentro de los grupos étnicos más importantes de Nuevo León están los huachichiles, los alazapas que pertenecían a la etnia de los coahuiltecos en grupos reducidos y los borrados.

"Dejé de sembrar hace años", cuenta don José Manuel, "ahora cuando realizo recorridos en el ejido escarbo en algún sitio y he podido encontrar distintos tipos y tamaños de pedernales que guardo”.

Don José Manuel.

Mientras narraba cómo se ha hecho de las puntas, su esposa Doña Cuca y su nieta Aranza Carolina de 10 años sacan una vieja caja metálica y las exponen alineadas sobre una mesa de madera en el exterior de su vivienda.

Los usos de la roca sedimentaria es caracterizada por su durabilidad, dureza y resistencia y los colores varían del negro, gris de diversas tonalidades, rosa o blanca que se pulían con bordes afilados y eran utilizadas por el hombre en tiempos remotos; dan fe de la existencia de las etnias, ahora extintas.

"Aquí todo estaba enmontado", continuó relatando, "le buscas y dedicas tiempo; lo hago porque me gusta y es como me he podido hacer de ellas, me las han querido comprar, pero no he querido, le regalé unas a un hermano, pero no quiero deshacerme de ellas".

Aranza muestra algunas de singular color y sostiene dos pedernales en sus manos en colores mixtos como el rosa y negro con vetas en blanco; el origen es diverso, estos grupos eran denominados chichimecas, después quedaron reducidos tras la llegada de los españoles.

Aranza muestra una de las piezas.

Muchos de ellos perecieron huyendo de la esclavitud y el exterminio a excepción de los tlaxcaltecas que gozaron de algunos privilegios luego de ayudar a los colonizadores al llegar al norte.

"Unas son más grandes que otras, desde las pequeñas que son triangulares hasta las alargadas; creo les daban distintos usos por sus formas y tamaños”, dijo Doña Cuca, de 62 años.

Estas tribus eran los pobladores de Nuevo León antes de la llegada de los conquistadores, las etnias eran nómadas o seminómadas y se dividieron en subgrupos se dedicaban a la caza, pesca y recolección

Vivían en repechos de rocas y en época de invierno construían chozas sin ventanas y dormían en el suelo o sobre un cuero; vestían prendas de piel animal, taparrabos o desnudos, consumían carne de animales como el venado, conejo, aves, roedores, reptiles, sumo y su flor, nopales y raíces.

"Ahora con la sequía, dentro del cauce del Río Salado me encontré una piedra rectangular tallada clavada en el lecho, es distinta y dicen que ahí está enterrado un indio; yo la dejé, no sé si sea cierto”, manifestó el ejidatario.

“Nuestros antepasados debieron encontrar mucho de esto como yo los he encontrado aquí en la región, ellos desmontaron a talache sudor y fuerza. Yo me entretengo, me gusta y los conservo, ellos habitaron esta región mucho antes que nosotros”, concluyó mientras seguía observando cada una de sus piezas.