Hace más de medio siglo, un fatídico accidente en los imponentes Andes dejó una marca imborrable en la historia de la supervivencia humana.
"La sociedad de la nieve", la película dirigida por Juan Antonio Bayona ha rescatado del olvido la asombrosa historia de los sobrevivientes del vuelo 571, un grupo de jóvenes del Old Christians Club de Montevideo que vivió una brutal odisea en la cordillera.
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La verdadera historia
El jueves 12 de octubre de 1972, la alegría inicial de los jugadores de rugby se vio truncada por las adversidades climáticas que obligaron al avión a realizar una parada no planificada en Mendoza.
Al reanudar el vuelo al día siguiente, un error de navegación llevó a la aeronave a aproximarse peligrosamente a las cumbres de los Andes. La tragedia era inminente.
El impacto del avión contra la montaña dejó a los sobrevivientes en un frío extremo y una lucha constante contra el hambre. Aislados a 3500 metros de altitud, rodeados por una desoladora blancura, tuvieron que enfrentarse a condiciones adversas que desafiaban la propia noción de supervivencia.
La unión del grupo se convirtió en su principal fortaleza. Ante la escasez de alimentos y la falta de esperanzas de ser rescatados, los supervivientes se organizaron para sobrevivir.
La radio les trajo la noticia de que se suspendían las labores de búsqueda, considerándolos "restos" sin posibilidad de vida. Sin embargo, la tenacidad y la solidaridad del grupo los mantuvieron con vida.
La desesperación llevó a plantearse la antropofagia como una opción para obtener las proteínas necesarias. Este doloroso dilema fue enfrentado por el grupo con un pacto que, aunque criticado en su momento, resultó ser crucial para la supervivencia de 16 personas.
La tragedia no cesaba. Una avalancha, en el decimoséptimo día, cobró la vida de ocho personas más, incluido el capitán del equipo. Bajo una capa de nieve, los restos del avión quedaron enterrados durante tres días.
El 12 de diciembre marcó el inicio del fin de esta pesadilla andina. Tres valientes, Fernando 'Nando' Parrado, Roberto Canessa y Antonio José 'Tintín', decidieron salir en busca de ayuda.
Desafiaron la geografía hostil y la falta de recursos, logrando contactar con un arriero chileno después de diez días de ardua travesía.
La noticia llegó a las autoridades chilenas, quienes organizaron un rescate en helicóptero. El milagro se materializó cuando vieron a un grupo de figuras irreconocibles, agitando desesperadamente en la inmensidad de la nieve.
El rescate de los supervivientes conmovió al mundo, destacando la caminata heroica de los dos uruguayos y la resistencia asombrosa de los 16 restantes.
La historia de los sobrevivientes del vuelo 571 es un recordatorio vívido de la capacidad humana para resistir y sobreponerse a las adversidades más extremas.
La montaña, testigo silencioso de esta odisea, vio emerger un milagro que perdurará en la memoria colectiva como un ejemplo de valentía y solidaridad en medio de la tragedia.