"Mi pequeña fortaleza de la soledad", así llamaba Julián Figueroa a El Rancho Las Palmas, el cual le fue heredado por su padre Joan Sebastian.
Ahora que el joven de 27 años murió, se revivió el tema del rancho, localizado en Cuernavaca, Morelos, una ciudad que fue importantísima en la vida de Joan Sebastian y su familia.
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Desde el 2021 que el rancho se había puesto en renta, ya que Julián había declarado que estaba viviendo en Ciudad de México y era una pena que el rancho estuviera "abandonado", por lo que prefería sacarle provecho también teniendo una entrada más de dinero.
Sin embargo, Julián brindó una entrevista hace tres años en la que habla de lo mágico que resultaba para él este lugar, en el que percibía la presencia de su padre.
"Rancho Las Palmas es un rancho que mi papá trabajó muy duro para poder dármelo a mí, desde que empezó a construirlo estaba pensando en mí, para que fuera mi hogar y en eso se ha convertido", comentó el finado artista en la entrevista que brindó en 2019.
Dentro del increíble rancho hay un santuario dedicado a los Figueroa, encabezado por Joan Sebastian; ahí, el hijo de Maribel Guardia tiene una frase.
"Hay una frase muy bonita que se llama Carpe Diem, una frase que significa aprovecha el momento, significa que necesitamos aprovechar nuestros días, nuestros momentos para amar, no dejar las cosas para luego".
El rancho cuenta con una alberca, en donde Julián solía invitar a sus amigos a pasar un buen rato o acostumbraba llegar a componer canciones acompañado de su guitarra; incluso se daba la oportunidad de meditar y relajarse.
Además, hay unas cúpulas, "iban a ser para mi primera comunión, pero después se convirtieron en unas caballerizas para los caballos VIP de mi papá... y unas carretas, que a mi papá le encantaban".
Ahora, ante la muerte de Julián, falta lidiar con los bienes del joven, que seguramente quedarán en manos de su esposa Imelda Garza y su hijo José Julián.