La noche del 9 de septiembre de 1977 fue distinta para Nuevo Laredo; en las calles, en las casas, en los trabajos, no se hablaba de otra cosa más que Tecolotes. La Final soñada ante los poderosos Diablos Rojos del México…
El Mañana estuvo presente y así lo publicó.
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Aficionados en las lámparas para ver al equipo de sus amores; en las casas, las radios encendidas; nadie se quería perder un detalle de aquel quinto juego, y aunque perdían y cuando todo parecía que estaba perdido, un pisa y corre le dio el triunfo a Los Tecolotes.
En los rostros se dibujaba una sonrisa, otros lloraban de la emoción; el sonido era ensordecedor: “¡Tecos, Tecos!”, chicos y grandes, hombres y mujeres.
Aquella noche, en la Redacción de El Mañana, en la Sección de Deportes estaban esperando las fotos y la crónica, quizá una de las más grandes hazañas conseguidas por un equipo de casa.
Un 9 de septiembre por la noche, El Mañana acomodaba la información y también en este lugar se hablaba del acontecimiento y con el profesionalismo de siempre se publicó la mañana siguiente.
Son tantas y tanas las historias que El Mañana ha plasmado en sus páginas y ésta tenía que estar como la más icónica, pues además de reflejar la pasión de los deportistas por su equipo, reflejó que Nuevo Laredo y su afición son de las mejores en todo México.
Los lectores fueron parte de esta historia que se contó en la Portada de Deportes, aquella noche del 9 de septiembre de 1977, cuando Tecos fueron campeones.