Este simpático animalito que casi en su totalidad está cubierto de pelo es el único marsupial mexicano. Un animal marsupial es aquel que tiene una pequeña bolsa en su abdomen, como los conocidos canguros.
Existen muchas historias sobre el tlacuache y la relación que tiene con los habitantes prehispánicos mexicanos.
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Sin embargo, la historia más sorprendente es en donde le robó el fuego a los dioses y se lo dio a los hombres para que pudieran calentar su comida, protegerse contra las inclemencias del tiempo y protegerse de otras especies.
Hace mucho tiempo, los tlacuaches tenían pelo en todo su cuerpo incluida su colita y su pancita, sin embargo eso cambió cuando decidió ayudar a los hombres.
Las personas pasaban mucho frío porque no habían dominado el fuego, este se encontraba en la ciudad de los dioses y los hombres no podían llegar a ella.
El tlacuache se condolió de los hombres y prometió ayudarlos. Otra característica de los tlacuaches es que pueden hacerse bolita y hacerse pasar por muertos y quedarse así muchísimo tiempo.
Precisamente esta es la habilidad que usó el tlacuache para robarle el fuego a los dioses.
Se hizo bolita y fingió ser una piedra durante días y noches enteras, hasta que los dioses ignoraron la presencia de esa piedra; es decir, del tlacuache.
Cada día se iba acercando más y más a la fogata en donde los dioses tenían el fuego y cuando estuvo suficientemente cerca sacó su colita y tomó una brasa de fuego.
En ese momento los dioses se dieron cuenta que iban a ser robados, así que comenzaron a perseguir al tlacuache.
Este guardó la brasa de su colita en su marsupial y salió corriendo para escapar y llevarle el fuego a los hombres.
Sin embargo, tuvo que perder primero a los dioses y eso tomó muchas horas. Durante todo este tiempo la brasa de fuego estuvo en su pancita y en su colita, quemando el pelo que tenía en estas partes.
Después de perder a los dioses, logró llegar con los hombres y les entregó el fuego con el que la humanidad pudo evolucionar.
No obstante, el daño ya estaba hecho al pobre tlacuache. Se le había quemado completamente la colita y la pancita, el pelo en esas partes ya nunca más volvería a crecer.
Así como este mito o leyenda existen muchos otros que explican la relación tan cercana entre los hombres y muchas otras especies endémicas mexicanas.