En el corazón de las coloridas ferias de México, dos figuras enigmáticas han dejado a los asistentes boquiabiertos y temerosos: "La mujer tarántula" y "La Mujer Serpiente".
Estos entes, cuyo origen y verdadera naturaleza permanecen envueltos en el misterio, se han convertido en las protagonistas de historias aterradoras que circulan entre los niños... y no tan niños.
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'La mujer tarántula' y 'La mujer serpiente'
La leyenda cuenta que estas mujeres, dotadas de habilidades únicas y cuerpos extraordinarios, supuestamente eran el resultado de un antiguo pacto con lo sobrenatural.
Quienes han pagado por verlas, afirman que "La mujer tarántula" posee el cuerpo de una araña, con extremidades peludas y ocho ojos que hipnotizan a aquellos que se atreven a mirarla. Por otro lado, "La mujer serpiente" es descrita con un enigmático cuerpo de serpiente, capaz de realizar movimientos asombrosos y peligrosos.
Lo que causaba verdadero terror entre los niños era la supuesta historia de desobediencia y rebeldía que rodeaba a ambas mujeres, de voz del dueño del puesto, que con micrófono en mano narra el macabro destino de estos seres infrahumanos.
Según las leyendas, estas mujeres se negaron a asistir a estudiar la escuela y desafiaron abiertamente las órdenes de sus progenitores.
Los padres de familia en un esfuerzo por infundir miedo y prevenir comportamientos similares en sus propios hijos, señalaban a las mujeres como ejemplos de las consecuencias de no seguir las reglas.
Los niños, impulsados por la curiosidad y el morbo, acuden siempre en masa para presenciar los espectáculos de estas curiosas mujeres.
A cambio de unas pocas monedas, los pequeños observan con los ojos desmesuradamente abiertos cómo "la mujer tarántula" exhibiendo su cuerpo y sus ocho patas peludas y "La mujer serpiente" con su cola escamosa.
Las leyendas persisten
Las leyendas de estas mujeres persisten en las ferias mexicanas, tejiendo un velo de misterio y temor en la mente de aquellos que se aventuran a acercarse a estos enigmáticos seres.
Estas féminas, mitad humanas, mitad criaturas, han dejado una marca indeleble en la memoria de quienes han presenciado su espectáculo único y aterrador cada vez que llega una feria a las ciudades.