El matrimonio conformado por la señora Mary Rangel y su esposo Jorge Andrade tiene una historia muy particular, pues prácticamente no vive en su casa, sino que se la pasa viajando por toda la república, al ser ambos trabajadores de ferias, o ferieros.
Ella es originaria de Morelia, mientras que él es de Colima, aunque se conocieron en la feria de Celaya en el ya lejano 1999, pues los dos les ayudaban a sus padres, de quienes heredaron la tradición de ser empleados itinerantes; este septiembre, laboraron en un restaurante frente al Palenque de Expomex 2023, siempre con una actitud amable y servicial.
Jorge Andrade comenta que desde los 5 años trabaja en ferias, mientras su esposa Mary Rangel comenzó en esta difícil labor al cumplir la mayoría de edad.
La señora Mary comenta que el flechazo fue inmediato, por lo que se hicieron novios a los pocos días, aunque la semana siguiente él se fue a una feria tras otra y ella regresó a Michoacán con sus padres, por lo que durante un año hablaron solamente por teléfono, algo que su marido recuerda como una curiosa anécdota.
Me acuerdo que eran unos tabicones y casi nadie tenía celular
El señor Andrade comenta que anduvo desde Tijuana a Cancún, por todas las ferias del país, mientras su en ese entonces novia, de apenas 20 años, mientras él ya rebasaba los 30, lo esperaba en Morelia.
Te conozco México al derecho y al revés
La señora Mary confiesa que ella está en total unos tres meses en su casa a lo largo del año, mientras su esposo apenas un mes, en lapsos de una semana cada tres meses.
Al cuestionarles si alguna vez han pensado en cambiar su vida y tener una rutina más normal, Mary Rangel acepta que sí.
La verdad yo sí, por mis hijos, porque hay veces que nos va mal en una feria, pero bueno, pues ya, ¿cómo le hacemos?
A su esposo, en ocasiones lo asalta la misma idea, pero nunca lo ha hecho.
La verdad sí he pensado en cambiar mi vida, pero pues he hecho esto desde los 5 años, llevo 50 años con este trabajo
Ambos afirman que siempre trabajan juntos, a menos que ella se quede en Morelia por unos días o semanas.
Además, comparten que entre sus colegas hay quienes viven dentro de las ferias y otros rentan en las cercanías sólo durante unos días, para seguir en su itinerancia por todo el país.
Es una vida muy difícil, pero muy bonita
Volviendo a su historia de amor y la manera en que formaron una nueva familia, Jorge Andrade comenta que él ya pasaba los 30 años, sin casarse y con un tiempo sin pareja, y se decía a sí mismo “¿qué hago?, ¿qué hago?”, hasta que conoció y empezó a tratar a Mary Rangel, quedando prendado en unos cuantos días.
Mi suegro, que en paz descanse, era muy estricto, nos dijo ‘se van a casar; nada de juntarse’, y sí, nos casamos
Los dos hijos que procrearon, de 18 y 24 años, viven en su casa en Morelia; el mayor ya está casado y trabaja en la empresa Megacable, mientras el menor se encuentra estudiando en una escuela Normal.
Con una mezcla de gusto y nostalgia, Mary Rangel indica que ninguno de sus hijos siguió su tradición.
Yo no los quise traer aquí, porque hay mucha maldad, mucho vicio; aquí las niñas sufren mucho en la feria, hemos visto lo que no te imaginas; si hubiera tenido una hija no me hubiera gustado dedicarme más a esto
“Para nosotros es un orgullo ver a uno de nuestros hijos recibido y al otro estudiando para maestro; le echa muchas ganas, con desveladas, tareas”, concluyó el señor Andrade.