Para el sacerdote, activista y defensor de los derechos humanos, Alejandro Solalinde, los migrantes son un claro ejemplo de espiritualidad, valores y resiliencia, que la sociedad hoy en día debe voltear a ver y más los neolaredenses, quienes han sido víctimas de la corrupción y malos gobiernos.
En el 2007 en la Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana se dijo que habría que evangelizar a la clase política tan corrupta y esto le suena mucho a Nuevo Laredo, porque ha tenido mucha gente corrupta.
El padre Solalinde estuvo en Nuevo Laredo, presentando una conferencia sobre el tema migratorio en las fronteras de México con Estados Unidos y cómo los derechos humanos han sido violentados.
En su más reciente libro, señala que el rostro de los migrantes es el rostro de la humanidad, ya que tienen una enorme fuerza espiritual y moral que rompe barreras.
Ellos creen ilusamente que es Estados Unidos el sueño americano, pero en realidad ellos están caminando hacia un futuro que no conocen; sin embargo, llevan valores, ellos saben caminar en grupo, luchar por la familia. Ellos han aprendido a ser felices con lo suficiente y eso es algo que debemos ver la humanidad.
Recientemente, Nuevo Laredo vivió una crisis migratoria, con la llegada de miles de migrantes haitianos; algunos lograron su objetivo, mientras que otros tuvieron que buscar distintas opciones, luego de la suspensión del programa para la solicitud de asilo político con Estados Unidos.
Para el sacerdote y activista de los derechos humanos de los migrantes, la crisis migratoria ha sido una víctima más de la corrupción, así como lo ha sido Tamaulipas, que requiere de la justicia transicional, que se refiere al daño social, que es uno de los dos tipos de justicia que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, maneja.
En Tamaulipas debería haber una Comisión de la Verdad, a partir de ahora, porque Tamaulipas nunca podrá sanar, si no se sabe primero, que se investigue la verdad y luego hacer justicia, después reparación de daños y lo último, no repetición de lo mismo.
Es urgente que lo haga, no basta que tenga un nuevo gobernador, se necesita que empiece esa comisión para que la población en este Estado conozca lo que pasó con los gobiernos anteriores.
Solalinde reconoció en el gobernador Américo Villarreal Anaya, capacidad para hacer justicia y lo logrará con el apoyo de todos.
“Los tamaulipecos ya lo hicieron, ya lo lograron, ya lograron mediante las urnas darle un vuelco a la historia, pero esto sólo es un primer paso, porque la democracia no sólo es electoral, es participativa y es ahora cuando ellos deben empezar a construir un nuevo Tamaulipas.
Más bien hago un llamado a las personas a las que tienen tanta resistencia al cambio, aquellas que han sido beneficiadas de la corrupción y aquí hay muchos empresarios que fueron cómplices de toda la corrupción, que nunca les dio vergüenza cuando tuvieron tantos gobernadores corruptos.
No vengo a juzgar a nadie, pero sí hago un llamado a la sensatez. Que demuestren que aman a Tamaulipas sumándose a este cambio.