Existe una crisis migratoria en el país y Nuevo Laredo no es la excepción, así lo señaló el sacerdote y activista José Alejandro Solalinde, quien consideró en su sondeo que los albergues de la ciudad están rebasados ante las oleadas de migrantes provenientes de Haití y otros países del Centro y Sudamérica que llegan a esta frontera con el fin de pedir asilo político en los Estados Unidos, aunque no todos han podido alcanzar ese sueño.
Solalinde resaltó la particular vulnerabilidad de los migrantes que han sido rechazados, pues estos corren el riesgo de ser deportados a su país de origen y muchos de ellos no desean volver por la situación política que se vive en ellos, pues “si Estados Unidos ya los rechazó una vez corren el riesgo de ser nuevamente rechazados y deportados”, explicó.
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El padre Solalinde visitará Nuevo Laredo en octubre con el propósito de ver la situación de los migrantes en esta frontera y reunirse con autoridades eclesiásticas, civiles y directores de los albergues para buscar la manera de ayudarlos.
El propósito sería ver la situación de los hermanos migrantes que están muy concentrados en Nuevo Laredo, porque las casas migrantes están llenas, he estado haciendo visitas en varios lugares de la frontera; el otro objetivo es tener un conversatorio con personas sobre diferentes temas migratorios, perspectivas, contexto regional, geopolítico, todo tiene que ver con los migrantes.
He tenido la oportunidad de platicar con varias personas de los albergues y vemos como está lleno todo, eso me preocupa, por eso quiero ir a Nuevo Laredo y si es posible coordinarme con autoridades eclesiásticas y civiles, para ver en qué se puede ayudar.
El activista adelantó que está analizando la creación de un programa que ayude a los migrantes rechazados por EU que quieran permanecer en México en que les ofrecerían opciones y mecanismos para que puedan estudiar, trabajar y sean atendidos de manera integral teniendo la oportunidad de elegir la ciudad que les guste y en donde puedan residir para que reciban la atención integral de trabajo, educación y salud.
Lo anterior se haría con la ayuda de organismos nacionales e internacionales, como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y otros organismos que les puedan ofrecer a los migrantes que rechaza EU y a los que deciden ya no volver intentar ingresar a EU por miedo a ser deportados, ofrecerles este programa, porque ellos no pueden regresar su país natal, ya que es peligroso en este momento para algunos de ellos.
Solalinde destacó que hace falta más apoyo legal para los migrantes al exponer sus casos en las audiencias de asilo político, siendo este punto clave para el otorgamiento de dicho beneficio, sin embargo sólo tienen acceso a esa asesoría jurídica quienes tienen la solvencia económica para contratarla, de ahí la importancia de proveerles esa asistencia.
Señaló el padre Solalinde:
La migración es algo muy natural y que tenemos que aprender leerla a convivir con ella porque lo que está pasando en México es sólo el comienzo, México está llamado a ser el paso intercontinental global hacia EU, pero dentro de no mucho, quizás 4 ó 5 años, México va ser un país de destino donde muchos de todos los continentes querrán venir, ya no tanto para ir a EU, más bien a México que es un país en una perspectiva de desarrollo, de inversión y reducción de la corrupción que ha hecho tanto daño al país.