Es momento de preparar el altar de Día de Muertos para recordar a quienes se adelantaron en el camino, como buenos mexicanos, las mesas de los hogares estarán llenas de ofrendas gastronómicas para los fieles difuntos, con quienes se reconectan a través de sus memorias y de la buena cocina mexicana, como se hacía en vida.
Conocido en el mundo por la riqueza cultural, por la alegría de vivir y por tener una de las cocinas más importantes a nivel mundial, México es uno de los referentes también por sus costumbres como el Día de Muertos, en donde su abundancia cultural y exquisito arte culinario se funden para exhalar la tradición.
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Al momento de colocar un altar no pueden faltar el papel picado, las velas, el cempasúchil, las fotos de la persona a honrar, incienso y copal, el pan de muerto, y por supuesto los platillos favoritos del fiel difunto, que sirven como ofrendas principales para compartir con la familia su recuerdo y sentir que en cada bocado de esa comida se está cerca nuevamente del ser querido.
Hoy dos emprendedores originarios de Aguascalientes y radicados en Nuevo Laredo, presentan una selección de platillos mexicanos, que sirven como ofrendas en diferentes regiones del país.
A su llegada a esta frontera, en busca de una mejor calidad de vida, Christian Carrillo y Antonio Ballesteros encontraron lo que muchos otros en esta prospera ciudad, un hogar y la oportunidad de emprender un proyecto. Al extrañar el sabor y sazón familiar, decidieron abrir Purísimo Corazón, y ofrecer esa comida con sabor a casa de la abuela, cocinada con amor.
MOLE ESTILO CASERO
Hablar del mole es punto y aparte, es uno de los platillos más ricos en ingredientes y que lleva muchos pasos para lograr su elaboración.
El mole poblano es famoso a nivel mundial, pero existen otras variantes, que son disfrutadas por todo el país. Es también un platillo que no puede faltar como ofrenda en el altar por su significado.
Hoy para preparar un delicioso mole, Christian Carrillo y Antonio Ballesteros, comparten la receta estilo casero de esta joya de la gastronomía mexicana para celebrar el Día de Muertos.
RECETA
Ingredientes para 12 porciones:
• 2 pollos enteros, en piezas
• 8 cucharadas de manteca
• 4 cucharadas de ajonjolí tostado
• 8 chiles anchos
• 2 pizcas de pimienta
• 5 dientes de ajo
• 4 chiles mulatos
• 3 clavos
• 4 hojas de laurel
• 2 bolillos, rebanados y fritos
• 1 1/2 cebollas
1 raja de canela
• 2 tortillas de maíz
• 2 chocolates en barra
Preparación:
Remojar los chiles en agua caliente y molerlos con los ajos, laurel, ajonjolí, clavos, pimientas gordas, canela, cebolla, bolillo frito, chocolate y la tortilla dorada, hasta formar una pasta.
Hervir el pollo hasta que esté bien cocido.
Freír la mezcla con la manteca, sazonar con sal y el caldo del pollo suficiente para que tenga buen espesor. Incorporar el pollo y servir.
OFRENDAS DEL DÍA DE MUERTOS
Dentro de la selección para el altar de muertos, Christian Carrillo y Antonio Ballesteros, presentaron unas deliciosas tortas ahogadas, originarias de Jalisco.
La torta ahogada es un platillo típico del estado de la perla de occidente, el cual refleja el mestizaje alimenticio por la mezcla de ingredientes. Combina la panadería española con la carne de cerdo, introducida a México desde la conquista, y el chile de árbol, característico de esa región.
Otro platillo típico nacional ideal para acompañar las ofrendas del altar, es la exquisita cochinita pibil, orgullo de la gastronomía yucateca.
Este es un guiso basado en carne de cerdo adobada en achiote, envuelta en hoja de plátano y cuando se prepara de forma tradicional, es cocida dentro de un horno de tierra usando una técnica prehispánica conocida como píib.
Esta receta era acostumbrada prepararla como ofrenda en importantes celebraciones como el Día de Muertos, conocido como Hanal Pixán. Se sabe por los códigos de los primeros exploradores, que en un inicio se utilizaba carne de faisán, jabalí o venado y se cocía en el horno de tierra llamado “pib”. Con la conquista española se reemplazó esa carne por la de cerdo.
Quién en una mañana no disfruta de unos buenos chilaquiles acompañados de un café, por ello este platillo también es uno de los predilectos para las ofrendas en muchos altares.
Denominados como de origen humilde, y sencillos de preparar, los chilaquiles son uno de los desayunos favoritos de los mexicanos, los consentidos y reyes de quienes quieren curar la resaca, de los Godínez buscando un buen plantillo sin gastar mucho, o de ese chef quien se quiere lucir con más de treinta estilos de chilaquiles en su carta.
Son elaborados a base de tortilla de maíz, cortada en trozos fritos, tostados o al natural, que se cocinan en una salsa picante roja o verde y tiene una gran cantidad de variantes regionales. Pueden acompañarse con ingredientes como pollo, carne de res, arrachera, cecina, huevos, quesos, crema, aguacate y mucho más.