La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó que Google ya ha respondido a la carta que envió su gobierno tras la decisión de la plataforma de mapas de adoptar el nombre 'Golfo de América'.
De acuerdo con la jefa del ejecutivo, durante su participación en la conferencia matutina desde Palacio Nacional, la compañía tecnológica explicó que su política es reflejar los nombres oficiales según los decretos de cada país.
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"Esencialmente, lo que dicen es que ellos, frente a decretos de los países, ponen el nombre correspondiente y si hay diferencias entre naciones, muestran ambos nombres", detalló Sheinbaum.
Puso como ejemplo la denominación del río fronterizo entre México y Estados Unidos: "En México se ve como Río Bravo y en Estados Unidos como Río Grande". Sin embargo, Sheinbaum aclaró que este caso es distinto, ya que el decreto estadounidense que menciona el 'Golfo de América' solo se refiere a su plataforma continental, y no al cuerpo de agua en su totalidad.
El Gobierno de México ha subrayado la relevancia de esta decisión, argumentando que la información mostrada en plataformas globales como Google Maps puede influir en la percepción de la comunidad internacional. Por ello, han solicitado a la empresa que revise nuevamente su postura y tome en cuenta la posición oficial del Estado mexicano.
Posible demanda a Google
La mandataria justificó la posible demanda al señalar que, "aún cuando sea una empresa privada, se ha convertido en una referencia internacional”.
En cambio, destacó la labor de la Enciclopedia Británica, que el miércoles anunció que le seguirá llamando Golfo de México porque ese es su nombre desde hace 425 años al argumentar que es "un cuerpo internacional de agua y la autoridad de Estados Unidos para renombrarlo es ambiguo".
“Agradecemos, por supuesto, a la Enciclopedia Británica, pero es importante que las empresas privadas que se dedican a la información pues den bien la información, particularmente una plataforma como esta (Google)”, concluyó.
Este debate ha generado una amplia discusión sobre el impacto de las grandes tecnologías en la geopolítica y la forma en que los mapas digitales pueden influir en la soberanía de los países.