Un radioaficionado canadiense descubrió transmisiones provenientes de la constelación militar Starshield, operada por SpaceX, de Elon Musk, en una frecuencia reservada para comunicaciones terrestres.
Aunque algunos especularon sobre un vínculo con el cometa 3I/ATLAS, expertos niegan cualquier relación y advierten sobre la falta de supervisión en el espectro espacial.
Satélites de SpaceX emiten transmisiones inusuales
Las señales anómalas de los satélites de SpaceX llamaron la atención de la comunidad científica internacional al ser detectadas en una franja del espectro radioeléctrico que debería permanecer libre de emisiones descendentes.
La revelación encendió una alerta sobre el uso militar del espacio y el cumplimiento de las normas que regulan las telecomunicaciones orbitales.
El hallazgo fue fruto de un accidente. Scott Tilley, un entusiasta canadiense del rastreo satelital, identificó un conjunto de transmisiones inesperadas mientras realizaba pruebas con su antena doméstica.
Al analizar las frecuencias, notó que las señales provenían de una constelación denominada Starshield, una red clasificada de satélites desarrollada por SpaceX para el gobierno de Estados Unidos.
Las emisiones se situaban entre los 2025 y 2110 MHz, un rango destinado exclusivamente a comandos que se envían desde estaciones terrestres hacia el espacio.
Esta irregularidad, según Tilley, contraviene las disposiciones de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo encargado de administrar el uso global del espectro electromagnético.
Conflictos entre operadores
Expertos en interferencia, como Kevin Gifford de la Universidad de Colorado, advirtieron que esta práctica podría alterar la comunicación de otros satélites o incluso generar conflictos entre operadores, aunque hasta el momento no se han reportado daños concretos. Aun así, la falta de transparencia del programa Starshield alimenta la preocupación sobre las operaciones militares en órbita.
En paralelo, algunos rumores intentaron vincular las transmisiones con el paso del cometa 3I/ATLAS, pero astrónomos y analistas descartan esa hipótesis.
El objeto interestelar no emite radiofrecuencias detectables ni guarda relación técnica con los sistemas de comunicación de SpaceX.
De momento, las señales anómalas de los satélites de SpaceX no tienen explicación oficial, pero sí exponen una brecha creciente: el vacío de regulación en un espacio donde la tecnología avanza más rápido que las normas que intentan controlarla.
