La muerte del papa Francisco en calidad de suceso histórico no pasó desapercibido en Nuevo Laredo, primeramente con las campanadas que resonaron en todas las iglesias católicas de la ciudad, en señal de luto.
Con una población mayormente católica, las familias neolaredenses han reaccionado al tema a manera de consternación y sin duda seguirán el curso de la historia en los siguientes días con las menciones en las misas y la cobertura noticiosa de los funerales, el eventual cónclave y elección del sucesor que guiará la Iglesia en los años venideros.
Al tratarse de un suceso que suele tardar más de una década en ocurrir, pues Francisco fue papa durante 12 años y 39 días, así como su alto perfil, conmocionó a todo el mundo; en contraste, su predecesor, Benedicto, no falleció durante su papado, mientras que Juan Pablo II fue el líder de la Iglesia Católica durante 26 años, 5 meses y 18 días; en fin, son momentos históricos que marcan un antes y un después.
Antes de esto, los neolaredenses, como en el resto del mundo, celebraron la Pascua, claro, en el caso de la frontera de una manera muy particular, pero afortunadamente en esta ocasión con un saldo blanco.
En ocasiones anteriores hemos visto con frecuencia algunas tragedias en el marco de los festejos, afortunadamente este año no fue el caso, pues si bien suele haber un alto consumo de alcohol y parte de las celebraciones en Nuevo Laredo incluye la guerrita de cascarones rellenos de confeti, harina o al natural, entre otras actividades que en esta ocasión no derivaron en alguna tragedia.
El alto consumo de alcohol combinado con el volante suele ser el principal ingrediente de las tragedias, así como los incidentes en el río Bravo, pero de igual manera, esta vez no hubo algún suceso que lamentar en la ciudad.