La carretera nacional es particularmente para los neolaredenses un tema muy delicado, aunque involucra a viajeros frecuentes de Nuevo León y Texas.
Decimos que es delicado porque lo primero que viene a la mente es que en su momento se dio gato por liebre al asegurar que el nuevo tramo carretero de 49 kilómetros que siempre fue gratuito y con dos cuerpos, uno para cada sentido con dos carriles, iba a continuar de la misma manera y de forma paralela una autopista para el que quisiera pagar por un poco más de comodidad, pero sin quitarnos lo que ya teníamos.
Sonó extraño en su momento, pero de alguna manera el colectivo quiso confiar, sin embargo, tal y como sospechábamos, pero preferíamos no creer, resultó que eso que era gratuito ahora iba a costar, y claro, aumentar con el tiempo su peaje, mientras que la vía libre ahora era un solo cuerpo, muy estrecho y para ambos sentidos, además de que la carpeta resultó ser casi tan delgada como una calle de una colonia cualquiera, no pensada para el constante paso del tráfico pesado y de alta velocidad.
Hoy podemos ver baches nuevos, viejos y otros que son recurrentes, pero que al final representan un gran riesgo para los viajeros, pues es una vía de alta velocidad en la que es indispensable que el pavimento esté firme y parejo para procurar la estabilidad de los vehículos que circulan por ahí a al menos 90 kilómetros por hora en el caso de vehículos pesados, aunque la mayoría acelera cerca de los límites de 110 kilómetros y claro, alguno que otro rápido y furioso que exagera, pero esa es otra historia.
Esta semana que acaba de concluir, los operadores de tractocamión alertaron a los viajeros que utilizarán la carretera en el marco del periodo vacacional de Semana Santa, a tomar demasiadas precauciones, precisamente por las malas condiciones de esta vía libre que en muchas ocasiones se utiliza no por evitar el peaje, sino para sacarle la vuelta a las filas que se hacen en las casetas o alguna saturación por los frecuentes accidentes.
Precisamente ayer la carretera fue el escenario de accidentes en los que el humo y el fuego protagonizaban las imágenes que circularon con fuerza en redes sociales.