RÍO REVUELTO

TUM marca distancia de Manfred Quintanilla

Escrito en OPINIÓN el

LA DETENCIÓN en Estados Unidos de Manfred Mauricio Quintanilla Hernández, dueño de Grupo TUM de Nuevo Laredo, no ha pasado desapercibida en la comunidad, pues se trata de una empresa muy conocida con sede local, pero desde el año pasado ha adquirido una notoriedad nacional y ahora incluso ha trascendido fronteras.

Esa difusión y el vínculo a la empresa, que se resalta en cada publicación, ha llevado a Transportistas Unidos Mexicanos (TUM) a buscar deslindarse, manifestando que el señalado es “sólo un accionista minoritario” por herencia y que no tiene injerencia en funciones directivas, administrativas ni operativas dentro de la empresa, resaltando además que lleva siete años viviendo en el extranjero.

La postura viene firmada por Miguel Quintanilla Hernández, en calidad de director general del Grupo TUM y como puede darse cuenta por los apellidos, se trata de su hermano.

Sin duda, deslindarse por completo es difícil ante la opinión pública, por el tema del vínculo familiar, de ahí que la empresa buscara marcar distancia de Manfred Mauricio, que desde hace más de un año era buscado por presuntos delitos de falsedad de declaraciones y operaciones con recursos de procedencia ilícita, además de que parece figurar en documentos de la DEA -de acuerdo con ProPublica-, entre otra considerable cantidad de señalamientos que datan al menos desde el 2006.

LAS BOYAS y topes recientemente instalados a lo largo de la ciudad han generado una conversación interesante, no sólo en redes sociales que es donde queda constancia del tema, sino en las pláticas presenciales.

Estas medidas para disminuir la velocidad llegaron prácticamente en el marco de los festejos de fin de año, cuando tradicionalmente se registran esos constantes y muy trágicos accidentes por combinar el alcohol con el volante durante las posadas.

Ya sea que de manera personal o por anécdotas, cualquier neolaredense está al tanto de que en diciembre, especialmente los fines de semana, las posadas se acumulan de tal manera que para algunos se convierte en una especie de maratón, visitando varios lugares en una sola noche y consumiendo alcohol en cada una de estas, ya sea “por no ser descortés” o simplemente por gusto, pero al salir a la calle esto se vuelve un enorme problema.

Ya con un alto nivel de alcohol en la sangre, algunos le pierden respeto a los semáforos y temor a las leyes de la física, y es ahí donde en la comunidad surge la conversación sobre estos topes y los operativos antialcohol, y qué tan necesarios pueden o no ser esta clase de medidas, así como las elevadas multas, para poder moderarnos como sociedad.