Esta semana se va por fin, el tristemente célebre fiscal carnal de Cabeza de Vaca, Irving Barrios Mojica, luego de nueve años en el puesto y si de alguna manera trasciende algo de su recuerdo en la historia, no será por nada bueno.
Al menos en Nuevo Laredo, varias familias recordarán que el fiscal fue clave en apresar a cinco periodistas con una serie de argumentos muy inverosímiles para acusarlos del asesinato del periodista del comunicador Carlos Domínguez, ocurrido en enero del 2018.
Durante más de un año estuvieron presos, claro, por la falta de pruebas reales, fueron absueltos en 2019, sin embargo uno de ellos, Gabriel Garza, no alcanzó a ver ese día, pues falleció aún recluido, luego de que en una posible negligencia, se retrasara su traslado -que era urgente- del penal a un hospital.
Para la familia del compañero Gabriel, esa maniobra del fiscal de apresar a inocentes para ‘presentar resultados’, sólo dejó un luto permanente, mientras que para el resto de los acusados, luego de su estadía en el penal, la vida se ve distinta; ni se diga para los deudos del comunicador Carlos Domínguez, cuyo asesinato sigue sin ser resuelto.
Otros casos que involucran a periodistas asesinados y agredidos en Tamaulipas figuran en su negativa gestión, que deja muchos casos sin resolver y otros más con demasiados cuestionamientos respecto a su actuar.
Si bien por un lado es de alguna manera una buena noticia que Barrios Mojica al fin deje el puesto y la función pública, muchos agraviados y la sociedad en general no quedarían para nada contentos si todo eso simplemente queda impune.