RÍO REVUELTO

Un niño de 7 años atropellado y una sociedad juzgando

Escrito en OPINIÓN el

Cualquiera al conducir ha pasado por ese tenso momento en el que se ve a un niño pequeño a punto de correr de lado a lado de la calle, sin embargo usualmente alguno de sus padres alcanza a detenerlo, pero ayer, ese miedo se convirtió en una realidad, un menor de 7 años fue atropellado y el automovilista conducía de manera adecuada.

A esa edad e incluso un poco mayores, la guía de sus padres o algún adulto responsable es necesaria aún, pues entre la inocencia y los distractores propios de la mente infantil, olvidar ver a ambos lados antes de cruzar la calle, es algo que puede ocurrir, por lo que debemos cuidarlos de esos peligros.

Si bien debemos aprender de esta situación que afortunadamente no se tornó en tragedia, sino en una lesión que no pone en riesgo la vida del niño, también debemos comprender que se trató de un accidente que le puede ocurrir a cualquiera.

En este caso en particular, el menor cruzaba la calle de norte a sur en la intersección de Coahuila y Berlín en la colonia La Fe, cerca de las 2:30 de la tarde, cuando su madre lo esperaba en la banqueta del lado opuesto, mientras que el conductor circulando de poniente a oriente, vio al menor frente a él cuando ya no alcanzaba a frenar lo suficiente para evitar el impacto.

El pequeño se quejaba de dolores en la espalda, por lo que debió ser trasladado a un hospital para valorarlo.

En redes sociales se hicieron muchos juicios y conjeturas, con frecuencia incluso sin leer la noticia para entender las circunstancias; con algunos comentarios suponiendo que el celular fue un distractor, otros criticando directamente a la madre por dejarlo cruzar por sí solo, entre tantas otras formas en que se le juzgó.

También debemos recordar cuando éramos niños, algunos de nosotros vivimos en los tiempos en los que no había celulares figurando como los distractores que son hoy en día, pero esa infancia tiene tantas similitudes con la de cualquier otra generación, en la que a tan corta edad uno cree que lo puede todo, o que no hacemos caso de lo que nos dicen nuestros padres y por lo tanto, llegamos a tener accidentes y lesiones de todo tipo y era parte de ser niño.

Claro, el episodio de ayer pudo ser mucho peor, afortunadamente vivió para contarlo y será simplemente una anécdota para ese niño de 7 años y su madre; en cuanto a la culpa, parece que la sociedad se la otorgó en gran medida a la madre y la ley al conductor, a pesar de que este circulaba aparentemente en regla (en su carril, a la velocidad adecuada, etc.).