Con frecuencia Nuevo Laredo es sujeto de una campaña de desprestigio de medios y autoridades neoleonesas, en las que sin duda participan también algunos -o muchos- empresarios de aquella entidad; sin embargo, como dice aquella frase, hay que tener la cola corta, para tener la lengua larga.
En este sentido, hay que recordar todos los problemas que surgen en la entrada y salida del área metropolitana de Monterrey, que frecuentemente es el escenario de congestionamientos, básicamente todos los días, sin que las autoridades hagan algo al respecto.
Mientras que el gobierno de Samuel gastó miles de millones en otro elefante blanco como la carretera a Colombia que ni los propios neoleoneses han querido utilizar, la estrecha entrada y salida de Monterrey no ha tenido la inversión necesaria para agilizar el cuello de botella, que se traduce en tanta pérdida de tiempo, tanto para locales como foráneos.
Obviamente no podríamos dejar de mencionar a los famosos ‘montachoques’ que de igual manera están siempre presentes, así como los asaltantes, que suelen salir con mayor frecuencia en temporada de aguinaldos a cazar viajeros, especialmente a quienes parezcan más vulnerables.
Estos aspectos sumados, le restan competitividad a Nuevo León y nos afecta como vecinos, pues el flujo entre ambas comunidades es constante, especialmente en materia comercial, desde y hacia el Puente del Comercio Mundial, incluso para ellos mismos con su puente Colombia, aunque claro, éste último en mucha menor proporción.
