La amenaza de los aranceles han provocado largas filas en el Puente III, según comentan algunos transportistas, pues estarían tratando de cruzar toda la mercancía posible para anticiparse a los aranceles que podrían aplicarse a partir de mañana sábado, por parte del gobierno estadounidense.
El lunes lo mencionó Donald Trump, el martes y miércoles lo reafirmó su gabinete y ayer lo reconfirmó: los aranceles a los productos mexicanos sí se aplicarán a partir del sábado 1 de febrero.
En una forma similar a cuando se han anticipado incrementos a la gasolina, cuando los ciudadanos buscan cargar combustible antes de que cueste más, ahora los transportistas y agencias aduanales, así como empresarios en general, buscan concretar las exportaciones antes de que sea mucho más costoso.
A pesar de que Bank of America asegura que México tiene la capacidad de soportar el incremento, esto no quiere decir que sea del agrado de todos, por esa razón los empresarios han buscado exportar toda la mercancía posible a precio “regular”.
Si este plan termina por concretarse el 1 de febrero, pero sobre todo permanecer, es una incógnita; sin embargo, con las constantes menciones esta semana de la fecha y la intención del propio Trump, ha sido suficiente para movilizar los mercados, aunque mantienen cierto escepticismo, pero entre que se resuelve si son peras o manzanas, ha prevalecido la incertidumbre.
Aunque muchos optan por utilizar como referente la primera administración de Donald Trump, otros señalan que en esta ocasión podría venir un poco más “recio”, al estar arropado por un gabinete un tanto más radical.
Si bien aún es temprano para definir a la administración, a horas de que entre en vigor -o no- la amenaza arancelaria, Nuevo Laredo y el resto de la frontera se mantienen a la expectativa de los cambios, pues tiene un impacto directo en la dinámica de la franja.