Las bajas temperaturas pusieron de nueva cuenta al límite al servicio de electricidad y derivado de esto, el suministro de agua potable, pues el bombeo depende de la energía que provee la CFE; además, la mayoría de las actividades se paralizaron por diversas circunstancias.
Si bien, una buena cantidad de empresas no se podían dar el lujo de suspender sus actividades o de operar en la modalidad home office, muchos empleados debieron sortear las vicisitudes de trasladarse en condiciones de humedad y temperaturas gélidas combinadas para hacer de algunas calles, verdaderas pistas de patinaje, especialmente aquellas con alguna inclinación, como los pasos elevados y otras vías susceptibles al llamado “hielo negro”.
Obviamente esto derivó en algunos accidentes viales, aunque la mayoría no dejaron daños de consideración o personas lesionadas, pues las condiciones no favorecían conducir a alta velocidad; sin embargo, las dificultades para maniobrar como el suelo húmedo y congelado, provocaron el deslizamiento de los vehículos que en algún momento quedaban a la deriva, sin control alguno de la trayectoria, hasta impactar algún objeto u otro vehículo.
La falta de agua potable fue sin duda un problema también para diversos sectores que usualmente la experimentaron en conjunto con fallas en el suministro de electricidad, y si bien a diferencia del verano, en invierno no se consume tanta agua y se puede combatir el frío abrigándose bien, fue sin duda incómodo para tantos hogares que estaban pasando la jornada de manera cómoda con sus minisplits en modalidad de calefacción u otro tipo de calentadores eléctricos.
La carretera a Monterrey estaba intransitable, especialmente en la cuesta de Mamulique, por lo que estuvimos incomunicados en tránsito terrestre durante algunas horas, mientras que el Puente Internacional II, fue cerrado también durante algunos minutos, para esparcir en el pavimento el material preparado para evitar que los vehículos derrapen con el hielo.
El panorama para hoy continúa siendo gélido, aunque mucho más seco, así que no es momento aún de bajar la guardia.
Mientras tanto, en el panorama internacional, la conversación se ha centrado en los decretos de Donald Trump y el arranque de su administración en general, y aunque varias de sus iniciativas tienen un impacto en Nuevo Laredo y el resto de la frontera, al menos en estos primeros días, nos hemos concentrado en enfrentar el reto de las afectaciones de las bajas temperaturas a la infraestructura urbana, además de que las deportaciones masivas aún no se reflejan en este puerto, por lo que más adelante llegará el momento de enfocarnos en ese otro reto.