Luego de prácticamente nueve días con los OXXO cerrados, este viernes que finalmente abrieron, en unas cuantas horas se sintió como si nada hubiera pasado.
Durante ese lapso todos se debatían sobre qué tan necesarios eran y los beneficios para el comercio local, sin embargo no se trata de inclinarnos de manera exclusiva a un extremo u otro, y es que el sol puede salir para todos.
Un ciudad fuerte -económicamente hablando- debe encontrar el balance entre los emprendimientos locales y la inversión foránea, así que si vamos a nuestras tienditas de barrio, estanquillos, minisúpers y demás modalidades a comprar unas cosas y en las tiendas de conveniencia de cadena otros productos, lograremos un equilibrio y una buena derrama.
Es innegable que antes de que OXXO llegara para acaparar cada barrio del territorio mexicano, las tienditas de barrio eran el estándar y poco a poco fueron quedando atrás, y aunque la marca de amarillo y rojo no hubieran tomado esa iniciativa, sin duda otra empresa lo hubiera hecho.
De esta curiosa eventualidad, tenemos que aprender justo como en tiempos de pandemia que ante el cierre de los puentes internacionales a los mexicanos con visa de turista, que le dimos una oportunidad a los negocios locales, y desde entonces se ha mantenido parte de ese efecto, pues ahora nos tocaría otorgarle ese beneficio a las tienditas.
Por lo pronto aquí la dejamos, pero nos leemos el próximo dominguito, ya con días mejores para todos.