Para los próximos años, los mexicanos verán drásticamente disminuidas las oportunidades laborales ofertadas por la industria manufacturera, todo por esa invasión de infinidad de productos chinos, entonces, esto debe tomarse como un claro mensaje de: ¡alerta! China ataca a México.
Y no precisamente refiriéndose a un conflicto armado, sino más bien, enfocado hacia el comercio, hacia la propia economía del mexicano, al entenderse que la llegada de muchísimos artículos procedentes de China, han comenzado a afectar y de una forma preocupante a la fuerza laboral mexicana.
No es por demás recalcar, que por esa misma llegada de productos chinos y en demasía que están invadiendo y sin control de ninguna autoridad competente para regularla, muchos comercios desde pequeños hasta esas grandes tiendas departamentales con presencia a nivel nacional, están adquiriéndolos para ofertarlas entre la gente consumidora mexicana.
Fenómeno que, ante ese mercado chino, la mano de obra del mexicano está siendo relegada, ya no necesaria por el cierre de empresas que de igual modo se dedicaban a producir, a fabricar similares productos.
Por lo que, y ante el consumismo de ese país asiático en México, los elaborados por los empresarios mexicanos casi están en desventaja, pues frente a las facilidades aduaneras para el ingreso de variedad de artículos sobre todo chinos, los nacionales son relegados al no ser competitivos ni en costos, cantidad o variedad.
Entonces, el cierre inminente y gradual de muchas fábricas, industrias manufactureras se verán venir y en cascada, al ya no ser rentable para el empresario el producir, maquilar, porque ya no se estaría vendiendo, colocando sus productos como en otros tiempos.
Replicándose ese problema hacia el transporte terrestre que perderá fuerza, ante la baja, la poca llegada de la materia prima en los puntos fronterizos, pues cierto es que hoy en día se vislumbran esos ecos del mercado chino no tan solo en territorio mexicano, sino por igual en el estadounidense.
Ya que ese intercambio comercial pujante y vigente de las últimas décadas entre ambos países vecinos, está tomando en estos meses como una pausa, un receso ante la “bofetada” comercial impuesta por los de origen asiático.
Al menos los fronterizos que laboran en ambos Laredos, darán cuenta del bajo intercambio comercial que se ha estado dando en los últimos meses, reflejo de una preocupante disminución en el manejo de mercancías que van y vienen.
Pues en lugar de llegar esos componentes para maquilarlos en las empresas nacionales como son artículos de decoración, telas para ropa, para calzado, para la elaboración de electrodomésticos entre muchas otras cosas más y de temporada, arriban sobre todo por mar, productos totalmente elaborados de origen chino, impactando negativamente y por igual a la mano de obra mexicana.
Por lo mismo el dinero ya no fluye, se detiene la economía, y se siente no tan solo entre la gente trabajadora que depende de un empleo, que está frente a su escritorio, en el patio de esa bodega, o al volante de ese tracto camión extrañados por esa baja repentina, sino por igual entre agentes aduanales, dueños de las líneas transportistas que están en espera de que repunte la actividad comercial que no nivela.
Sí, son muchos factores los que se involucran para que la economía procedente del trámite y cruce de mercancías suba o baje, pero cierto es que al menos los ciudadanos mexicanos y gradualmente, están viendo y constatando que, en infinidad de establecimientos, ese mercado chino acapara, por lo mismo está haciendo a un lado al producto nacional.
No se tiene que ser tan analítico ni mostrar infinidad de datos, estadísticas o documentos para dar cuenta lo que el propio mexicano está en estos últimos años adquiriendo para su uso diario, pues se tomaría como burla que hasta las propias banderitas mexicanas en épocas de festejos mexicanos son de origen chino.
Como un soporte de esto y como dato adicional, bastaría con analizar las estadísticas e informes que se demuestran a través de la página oficial del gobierno federal, propiamente de la Secretaria de Economía en donde se detalla que México compra más de lo que le vende a China.
Mostrándose ahí y claramente que tan solo en el mes de marzo de este año, México le vendió a China en productos o materias primas tan solo $725 millones de dólares, contra $10 mil 336 millones de dólares comprados al país asiático.
Y en lo que va del año 2024 ahí mismo se ilustra a México con tan solo el 1.52% equivalentes a $2 mil 185 millones de dólares en participaciones de exportaciones a China, mientras que, de China a México, la importación porcentual la sitúan sobre el 20.5% equivalente a $30 mil 24 millones de dólares.
Ahora sí que es preocupante y dan miedo estos números, al entender que no tan solo se piense en el consumismo diario del mexicano, sino por igual, para saber y por esto hacia dónde va ese destino laboral de muchos jóvenes mexicanos, si, esos que actualmente están estudiando carreras técnicas, ingenierías, licenciaturas, maestrías, doctorados para desarrollar su conocimiento y capacidad con el deseo y la intención de generar y participar de esa economía mexicana al poner sus conocimientos en práctica.