En el siglo XVIII, el filósofo francés Voltaire expresó una idea así: “Defenderé con mi vida tu libertad para dar una opinión, como defenderé con mi vida mi libertad de aceptarla”. Esta idea me viene ante las expresiones que han manifestado diversos grupos que pretenden imponer una ideología a favor de determinados tipos de preferencias sexuales a toda la sociedad, y utilizando los peores insultos ante quienes osen cuestionarles o no estar de acuerdo con ellos. No cabe duda de que muchos de ellos son sensatos y moderados, pero los más extravagantes e ideologizados son fuertemente activos en las redes sociales e influyen vigorosamente en los medios de comunicación.
Quienes son agresivos contra quienes piensan distinto, están violando los derechos humanos: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. (Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos) Es irónico que personas que supuestamente defienden sus derechos, no están dispuestos a aceptar que alguien no está de acuerdo con ellos, ofendiéndolos y despreciando
Sus derechos están garantizados hace muchos años. En realidad, no hay una sola ley que permita el hostigamiento una persona por sus preferencias y tienen los mismos derechos ante la ley. “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación”. (Artículo 7 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos)
El problema está en que quieren ideologizar hasta la educación escolar El artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos lo deja en claro: “Los padres tendrán derecho preferente (subrayado mío) a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”. Algo que parecen olvidar ciertos gobernantes y grupos ideológicos que buscan imponer mentalidades, interpretaciones e ideologías que no comparten los padres de familia.
El último artículo de la Declaración afirma: “Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración”.
No dejemos en manos de unos ideólogos que han hecho de las amenazas, insultos y victimizaciones de algunas personas. El respeto es fundamental para la convivencia social: toda discriminación y ataque a un grupo social es rechazable, así como la necesidad de proteger la institución más necesaria para la sociedad: la familia que es el elemento natural y fundamental de la sociedad (ONU)
La enseñanza oficial de la Iglesia en cuanto a la homosexualidad, señala lo siguiente:
2358 Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales profundamente arraigadas. Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta (subrayado mío). Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición. (Catecismo de la Iglesia Católica)
Una sociedad que busca evolucionar, debe respetar la libertad de pensamientos y la responsabilidad, donde la ciencia y la sensatez, y no la ideología que ha contaminado a parte de este grupo. Donde los argumentos, y no la violencia y la terquedad, prevalezcan. Pero en ello, como siempre, usted tiene la última palabra.
padreleonardo@hotmail.com