Veolia (antes SETASA) ha tenido por años una serie de problemas, desde incumplir con la cantidad de unidades necesarias y por consecuencia fallar en la recolección, hasta huelgas de sus empleados, entre otras situaciones, pero queda claro que pueden ser puestos en cintura.
Evidentemente sería complicado hacer un cambio de empresas de recolección de basura a estas alturas, luego de que hayan operado por décadas en la ciudad, aunque no es imposible, pero lo ideal es que simplemente se les haga cumplir, pero que también tengamos avances en otros aspectos como el reciclaje y la separación de desechos, que de alguna manera van de la mano, aunque para eso último se requiere de una intensa campaña y posiblemente nuevas reglas en la ciudad, algo que culturalmente implica una difícil transición.
Entre una y otra cosa, hemos visto en los últimos días basura en las banquetas de la ciudad, desde domicilios particulares en las colonias populares hasta negocios en el sector centro, pero de todo esto el responsable es Veolia, empresa a la que se le pagan millones por realizar la tarea.
Ha tenido que pasar un tiempo para considerar que las elecciones finalmente quedaron atrás, a decir verdad, no tanto tiempo, aunque sí parece que hubiera ocurrido hace mucho, pero en realidad ni siquiera va un mes.
Este panorama obedece en gran parte a que los neolaredenses ansiaban distanciarse de ese episodio tan complejo que polarizó a la ciudad, aunque en algunos casos la animosidad llevó a diferencias casi irreconciliables entre familiares y amistades, pero que esperemos puedan repararse con el tiempo, especialmente si ponen en perspectiva las cosas.