El 5 de junio del año en curso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) informó de la presencia de un caso de influenza aviar A(H5N2) en México (https://www.who.int/emergencies/disease-outbreak-news/item/2024-DON520). Previamente, el 23 de mayo, el organismo nacional a cargo del Reglamento Sanitario Internacional de México (convenio internacional jurídicamente vinculante adoptado por 196 países), informó a la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y a la OMS, sobre un caso fatal confirmado de infección por el virus de la influenza aviar A(H5N2). Se detectó en una persona de 59 años de edad, residente en el Estado de México, que se encontraba hospitalizado en la Ciudad de México, sin antecedentes de contacto con aves de corral. Por la gravedad de sus manifestaciones clínicas el 24 de abril fue hospitalizado en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) y falleció ese mismo día.
El origen de la polémica sobre si fue o no un caso de A(H5N2) se inicia precisamente en el INER donde el 24 de abril se realiza una prueba de reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real (RT-PCR), dando como resultado un virus de la influenza A sin subtipificar.
El 8 de mayo la muestra fue enviada al laboratorio de biología molecular de enfermedades emergentes del INER, donde se detectó que era positiva al virus A(H5N2). Los contactos del caso índice resultaron negativos a las pruebas de SARS-CoV-2, influenza A y B. No obstante, el 6 de junio el secretario de Salud de México, Jorge Alcocer, rechazó que en México se haya presentado la muerte del primer caso humano de infección por gripe aviar A(H5N1) y un día después, un portavoz de la OMS aclaró que el reciente fallecimiento de un paciente en un hospital de México no era atribuible a la gripe aviar provocada por el virus A(H5N2) sino por causas “multifactoriales”.
Entonces, ¿debe preocupar que en el informe de la OMS se diga que el 24 de marzo de este año se detectó un brote de A(H5N2) de alta patogenicidad en una granja avícola en el estado de Michoacán y también en ese mes se identificaron brotes de influenza aviar de baja patogenicidad A(H5N2) en Texcoco y en Temascapala, ambos en el estado de México?
Hay que tener en cuenta que la ecología de la gripe aviar altamente patógena ha cambiado y ha pasado de brotes esporádicos en aves de corral terrestres a circulación persistente en aves de corral acuáticas y potencialmente en aves acuáticas silvestres.
Históricamente se han invocado barreras geográficas, como los mares de Bering y de Chukchu, que limitan la diseminación del virus de la influenza aviar altamente patógena de origen asiático, entre Asia y América. Sin embargo, estas barreras parecen incompletas pues los virus de la gripe aviar de alta patogenicidad H5N1, H5N2 y H5N8 aparecieron a finales de 2014 por reordenación con virus de la gripe aviar de baja patogenicidad norteamericanos. Así que, la posibilidad de un brote de infección con el virus de gripe aviar es real, aunque por el momento se mandan mensajes tranquilizantes pues la Secretaría de Salud indica que no se han notificado casos en humanos, todas las pruebas de contactos fueron negativas,
Salud, Semarnat y Agricultura implementan acciones en el contexto de “Una Sola Salud” de la OMS y ésta considera que el riesgo de salud pública de este virus para la población es bajo para México.
Piedras Negras, Coahuila, a 12 de junio de 2024.