De una semana a otra se treparon los ánimos políticos hasta el techo y parece que hemos llegado a ese momento en la campaña en que algunos incluso se han estado peleando con sus seres queridos.
Sin duda todos tienen derecho a su opinión y a sus propias convicciones políticas, ideológicas y demás; claro, el debate es valioso en este sentido, siempre y cuando entendamos que no debe convertirse en una discusión personal que lleve al distanciamiento familiar.
Hoy en día nos encontramos en uno de los momentos de mayor polarización, a tal grado que para muchos es difícil concebir la idea de la neutralidad, pues además de la política, uno tiene que pertenecer a ‘team frío’ o ‘team calor’, ser de izquierda o de derecha, y no podemos coincidir en todas, pero sí podríamos entender que pensamos o preferimos cosas distintas.
Le digo esto porque ya hemos sabido de personas que se han distanciado de sus familiares en estos días por pertenecer a una u otra corriente, luego de acaloradas discusiones.
En redes sociales vemos algo de esto también, con desconocidos discutiendo entre sí en tonos sumamente irrespetuosos en los comentarios de las publicaciones, y si bien es propio de la temporada debatir sobre política, porque de nuestro voto depende el futuro de la ciudad y del país, sin duda la discusión se está excediendo, al grado de que después de que concluyan las elecciones, algunos solo habrán ganado enemigos de forma gratuita.
Por lo pronto les pido que voten libre, por quien usted quiera, quien más le convenza o convenga, pero no se vaya a pelear con su familia por algo así, ese consejo les doy, porque su amigo El Reporteronte soy.